“Zona de confort”
Periódicamente se renuevan las muletillas del caretaje porteño que siente internamente su escasez de sensibilidad ante “el negrito que manga en el subte” o simplemente no quiere “quedar afuera de la onda” y le interesa tres carajos la miseria ajena
Se ha puesto de moda manifestar una especie de coraje social ante la plaga de mishiadura ajena predicando la necesidad de “salir de la zona de confort”. Repentinamente la convocatoria se transforma en lugar común, una etiqueta, un hashtag –#zona de confort–, que se viraliza –pandemia contagiosa– y se transforma en trendig topic en Twitter, aportando más neologismos al idioma que hablamos ya sobrecargado de vocablos “imprescindibles” para recibir la cucarda de careta contemporáneo.
La prédica snob es que hay que “salir de la zona de confort”. Los Twetts y Facebooks dominantes lo confirman:
- El año en que salí de la zona de confort. El cambio lo sentí de la noche a la mañana. Llevaba un día como ministro de…
- Salí de la “zona de confort” y estudiá en…
- Este miércoles nos salimos de la zona de confort
- Yo salí de la zona de confort gracias a…
- Salí de la zona de confort a trabajar por mi país, por un mejor país…
- Salí de la zona de confort del formador.
- Salí de la zona de confort apoyándote en tu frecuencia cardíaca y mejorá tu calidad de vida.
- Así que gracias a la frase “salí de la zona de confort” aunque me dio paja, me levanté y me puse a escribir nomás.
- ¡Juntos es más fácil! ¡Desafiate! ¡Salí de la zona de confort!
- Fue una decisión con riesgo, salí de la zona de confort, no todo es color de rosa, pero estuvo bien.
- Salí de la zona de confort y me subí a una montaña rusa de aventuras, dejé todo lo que conocía y me fui a lo desconocido.
…Cientos, miles de ejemplos. Podría decirse, en los propios términos del caretaje, que la frase se “viralizó”.
Gabriel Rovito es un talentoso actor a partir de un ser humano sensible y pensante. A Gabi se le ocurrieron algunas reflexiones…
Algunas reflexiones y comentarios sobre la frase: “¡Salí de la zona de confort!”, que algunos vuelcan con tono de sabiduría y total displicencia.
Lo primero que se hace evidente es que la frase no está dirigida a todos los seres humanos sino sólo a aquellos que viven con confort. Pues sería imposible abandonar o cambiar aquello que no se ha sido o no se ha tenido, por lo que deduzco que la frase es típica de aquellos que tienen lo suficiente como para poder preocuparse por algo más.
Es más, siempre escucho este comentario como consejo de personas que tienen desde un buen pasar hasta un excelente pasar, hacia otras que no lo tienen. Personas que no se dan cuenta de que el consejo está dirigido a sí mismo.
Por eso me animaré a dar algunas alternativas para que esas personas salgan de su zona de confort y puedan sumergirse en la fascinante y provocadora experiencia de evolucionar.
Algunos ejemplos:
- ¡Salí de la zona de confort! Vendé tu departamento en Barrio Norte, Palermo y/o Recoleta y mudate a Piedrabuena y José de la Rosa, en Villa Lugano…
- ¡Salí de la zona de confort! Desconectá la luz, el gas, el agua y viví así un año…
- ¡Salí de la zona de confort! Doná todo lo que ganás al Hospital de Niños durante 6 meses y viví con lo que gana un obrero de la construcción…
- ¡Salí de la zona de confort! No vayas más a pasear a las Cañitas, a Puerto Madero o a Palermo Viejo. Vestite con tu ropa comprada en la avenida Santa Fé y andá un sábado a la noche a pasear por Curapaligüe y Cobo…
- ¡Salí de la zona de confort! Regalá tu TV pantalla gigante, tu celular y/o Smartphone última generación y la play, y andá con tus hijos a jugar a las orillas del río Reconquista…
- ¡Salí de la zona de confort! Prendele fuego a tu auto y subite al bondi o al subte en la hora pico, como la mayoría de las personas…
Te aseguro que es una experiencia fascinante que va a cambiar para siempre tu concepción sobre los “Negros esos que viven como animales”. ¡Dale! ¡Date una oportunidad de escapar del cinismo! ¡Salí de tu zona de confort!
Gabriel Rovito
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