Vacuna, ciencia y laboratorios
Con el COVID pasó algo extraño. La economía del mundo se paralizó. Se generó mas pérdida que cualquier renta que pudiera tener un laboratorio, no quedó otra alternativa que producir la vacuna. Por Eduardo Alfonsín
Dudás porque la vacuna se hizo en menos de un año, pero no te llama la atención que no haya una vacuna para enfermedades que se arrastran desde el siglo pasado.
La vacuna antipoliomielítica descubierta por Jonas Salk, que aún se usa, data del año 1955. A partir de 1948, año en que el Dr. John Enders pudo reproducir el virus de la polio en laboratorios, hasta la aparición de la vacuna, pasaron 5 años. En 1953 la vacuna estaba lista, se necesitaron dos años más para producir en escala e inocular a 600 mil personas. En 1955 se anunció el éxito de su gestión.
Hablamos de una época sin internet, sin computadoras, con infinitamente menos conocimiento científico pero cuando aún los intereses económicos no eran más importantes que los intereses humanitarios.
“NO HAY PATENTE. ¿ACASO SE PUEDE PATENTAR EL SOL?”, fue la respuesta de Jonas Salk a un periodista que lo inquirió sobre el negocio de la propiedad intelectual de su vacuna.
Las palabras precedentes me alcanzan para razonar que si hace 65 años pudo hacerse una vacuna en 5, hoy pueda hacerse en solo uno.
Sin embargo hay gente que duda. Producto de la “sabiduría popular” es capaz de decir en estos casos que “Cuando la limosna es grande hasta el santo desconfía” pero que si le regalan tres meses de suscripción “Gratis” a Disney+ sostiene que “a caballo regalado no se le miran lo dientes”.
¿No sería razonable pensar que sí es posible conseguir una vacuna (en realidad más de 5 vacunas) contra el Covid en un año y que también es posible tener al menos una contra el SIDA o la gripe o el resfrío común ¿Por qué no exigimos a los estados de los países ricos, a sus universidades, a sus laboratorios farmacéuticos, que encuentren vacunas contra otras enfermedades que también hacen estragos?
Una vez más el negocio de la salud es el negocio de la enfermedad. Un cáncer de útero genera más dinero a las “empresas de salud” que la vacuna anti HPV que lo previene en muchos casos (en la Argentina la vacuna es obligatoria y gratuita desde 2011). Enfermarse es rentable para las empresas que dicen cuidarte.
Para los estados (países) es necesario que su población esté sana para mantener el consumo y la producción de bienes y servicios funcionando plenamente, pero muchos de esos países también velan por que los balances de las multinacionales de la salud sean positivos y juegan con ese equilibrio perverso de crear una necesidad (Un tratamiento que no me cura, pero me mantiene activo). Así funciona el capitalismo. Y tan así es, que el doctor en medicina don Arturo Illia fue derrocado de la presidencia argentina (se interrumpió el orden constitucional) por enojar a los laboratorios con controles técnicos y sanitarios.
Con el COVID pasa algo extraño. La economía del mundo se paralizó. Tuvimos petróleo a valor negativo, caída del turismo que representa el 10% del PBI mundial y colapso de empresas, lo que generó mas pérdida que cualquier renta que pudiera tener un laboratorio, por lo que no quedó otra alternativa que encontrar la cura, es decir la vacuna.
Hoy la carrera por conseguir la vacuna se convirtió en una carrera de marketing político y empresarial que nada tiene que ver con la salud pública; no obstante la vacuna o las vacunas están.
La salud no puede depender de negocios. Se me dirá que si no fuera por los negocios no habrían habido avances científicos y contestaré que no es así. El laboratorio Bayer compró a Monsanto, empresa que fabrica Glifosato, demostrando que le interesa el negocio por encima de la salud de la población, a la que enferman. Si es Bayer tal vez no sea bueno.
Bayer fabrica la “Cafiaspirina” que es aspirina + cafeína. ¿Sabías que el síndrome de abstinencia a la cafeína produce dolor de cabeza y tomando dicha medicación entrás en un círculo vicioso literal?
Los laboratorios no son santos. Invierten si ven negocio en tal o cual investigación. Al momento de tomar decisiones sobre si curar el SIDA o hacerlo crónico, los laboratorios van a elegir el negocio.
Es por eso que hay gobiernos que no tienen ministerio de salud, para que la salud la manejen las empresas.
Slogans como el “El dolor para, vos no” no hacen bien a la salud. El dolor es un signo de otra cosa, stress o fractura. Lo que fuera no se cura con una aspirina, solo se disimula. O peor, se hace crónico.
“¿Se puede patentar el sol?”…, es como decir, parafraseando a los amigos de Bayer “si cura, debe ser gratis”.
FUENTES DE INFORMACIÓN:
- Monsanto – Wikipedia, la enciclopedia libre
- 7 síntomas de la abstinencia del café (y cómo superarla) (msn.com).
- Industria Farmacéutica – ARTURO ILLIA y la «LEY OÑATIVIA» DE MEDICAMENTOS . SE CUMPLEN 52 AÑOS. Un Momento de Reflexión y… Una Nueva Batalla? | Diariodeciencias.com.ar