Una Libra de carne*
EDITORIAL. Ante el vergonzoso escándalo mundial en que está involucrado el Presidente
Claro que, cuando el barco se hunde, los detentadores de “fachadas dignas” son los primeros en perder la dignidad.
Ahora, el inefable Jonatan Viale, acaba de producir –sin la menor intención de hacerlo– un cortometraje del ridículo, revelado por un tape que siguió grabando cuando el asesor presidencial Santiago Caputo se cruzó en cámara para interrumpirlo porque consideró “inconvenientes” las manifestaciones de Milei ante el diálogo con Viale.
El reportaje cubrió la ausencia de una conferencia de prensa del presidente ante la trascendencia internacional de la estafa $LIBRA por él auspiciada con la segura presunción de que era mejor un reportaje con un periodista “del palo” que el imprevisible interrogatorio de una jauría deseosa de aclarar los innumerables puntos oscuros del detestable suceso.
La charla venía derrapando…
Jonatan Viale: “Vuelvo a LIBRA para cerrar. La jueza que va a investigar es (María) Servini. ¿El Estado va a hacer una presentación espontánea? ¿Te vas a presentar? ¿Se va a presentar el abogado del Estado?”.
Javier Milei: “La verdad los temas jurídicos no son los míos. Sería imprudente de mi parte que te anticipe ésto. El que mejor entiende del tema es nuestro ministro de Justicia, Mariano Cuneo Libarona. Es el que entiende”.
J.V.: “Es un tema que participaste vos como ciudadano, además de como presidente, por eso te lo pregunto”.
J.M.: “Es bueno que señales que lo tuiteé como ciudadano, porque tuiteé desde mi cuenta personal”.
J.V.: “Está bien, pero sos el Presidente”.
J.M.: “Mi cuenta es personal. Fijate lo que dice mi cuenta”.
J.V.: “La cuenta te describe como economista, no como presidente, pero sos el Presidente”.
A esta altura del diálogo Santiago Caputo se cruzó en cámara para interrumpirlo porque consideró “inconvenientes” las respuestas de Milei.
En ese momento Viale, en un off the record grabado –en clara actitud de sacarle le respaldo (¿de quiénes?) al interrogador– , admite que “ante la justicia esto puede traer quilombo” y pasa a quedar expuesta su “manejabilidad” –rentada o no– profesional: las imágenes pueden verse en la cuenta de “X” (ex-Twitter) subidas por el periodista Ari Lijalad.
J.V.: “Entiendo. Me doy cuenta. Puede traer quilombo judicial”. “A ver, ¿Cómo veníamos?”.
J.M.: “No sé. Volvé a preguntarme sobre LIBRA”.
Algunos conceptos salientes de Milei en la grabación
- J.M.: “Los que invirtieron sabían los riesgos: es como el que juega a la ruleta rusa y le sale la bala”.
- “Yo no lo promocioné, lo difundí”, pero, “Me comí un cachetazo”.
- “Yo no tengo nada que ocultar, no dije nada malo, es falso que sean 44.000 personas. En el peor de los casos son 5.000 personas. Las chances de que haya argentinos es remota. Son personas hiper especializadas en este tipo de eventos”.
- “La lección más interesante y que tengo que aprender es que asumí la presidencia y seguí siendo Javier Milei el de siempre, y los que me conocen saben que se accedía a mí de la misma manera que cuando era presidente” (SIC).
- “No puede ser tan fácil llegar a mí”.
- “Con mi hermana Karina” –secretaria general de la Presidencia–, “tenemos que entender que nuestro rol tiene que tener filtros; no me tomo la cosa como si fuera (SIC) presidente, me lo tomo como un trabajo”.
- “Cuando se hace público el proyecto de Libra, le doy difusión para que aquellos que necesitan aplicar al financiamiento, lo puedan hacer”.
Jonatan Viale, ni bien advierte que lo han expuesto, en línea le dice algunas cosas a los responsables de la situación:
- “La puta que los parió todos ustedes. Siempre supe que me querían cagar.
- Manga de hijos de puta. ¿Se dan cuenta que me cagaron para siempre? Imbéciles”.
- “Ya estamos buscando al responsable, Jony…” –le responden por el talk-back
- “Me chupa un huevo el imbécil que hizo esto, me cagaron la carrera”.
Al día siguiente, se justificaba: “En la última pregunta, se metió Santiago Caputo. Porque Milei, en un momento, dice que iba a consultar al ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, sobre el ‘caso cripto’”.
Caputo se da cuenta de que está incurriendo en un error, que no podía preguntarle nada al ministro de Justicia por que no es su abogado. Caputo comete una grosería. Se mete de la nada, corta la nota y le dice algo a Milei.
Acepté sacar esa parte. Me equivoqué. Mi error es que me faltó firmeza para mandarlo a la mierda a Caputo”.
“Tuve miedo de que la nota se suspendiera. No sé, cosas que te pueden pasar. En ese momento solo pensé: yo quiero que la nota esté. Quiero el material. Había sido un fin de semana con mucha incertidumbre. Tenía miedo de que la entrevista se cayera. El escándalo por $LIBRA era tan grande que me la podían suspender”.
Pensar que hace algunos años, no demasiados, la prensa nacional hacía respetar puntillosamente a sus cronistas las reglas trazadas en su “manual de estilo” que de ninguna manera aceptaba acordar previamente los términos de una entrevista y tampoco permitía la excepción de temas a pedido del entrevistado. Nadie podía extirpar parte del contenido por conveniencia personal o partidaria –lo que equivale en una videograbación a la edición, en corte, de lo expresado–.
El conductor debe una doble lealtad: al entrevistado y al receptor de la entrevista (el público, como destinatario de la labor periodística).
Es esencial la dignidad del entrevistador que debería comenzar por el respeto al entrevistado, ante todo, distinguiendo rigor y profundidad, de agresión. Cualquier corrección sobre lo expresado debe fundamentarse y ser viable en sus formas, no en su fondo, respetando la integridad del pensamiento vertido sin deformaciones ni anulación de algún concepto vertido (lo dicho, dicho está).
El derecho público a conocer la verdad depende de la lealtad periodística hacia la audiencia y no puede ser falseado por conveniencia alguna.
La exposición de sucesos vinculados a la vida privada del entrevistado es inaceptable en tanto no se cometan dentro de su vida pública afectando sus acciones.
La conducta de Milei aportando publicidad a una operación privada de difusión de la criptomoneda LIBRA –actitud de privacidad en la que quiere atrincherarse– se produce durante su ejercicio de la presidencia de la Nación, circunstancia que automáticamente la vuelve incompatible.
Debe quedar claro, sin embargo, que no se trata sólo de actitudes reñidas con la ética sino claramente de acciones delictuales del presidente que recomienda –falta probar si gratuitamente– inversiones privadas que constituyen una estafa a escala mundial dado su origen informático.
“Que se hayan concretado esas violaciones en el caso Viale-Milei debe entenderse como parte del comportamiento espurio de comunicadores y medios que priorizan su relación con el poder en detrimento del inexcusable compromiso con la verdad y con la audiencia**”.
(*).Una Libra de Carne es una obra de teatro de Agustín Cuzzani basada en El Mercader de Venecia de William Shakespeare. La obra es una crítica a la sociedad capitalista y a la explotación de los trabajadores.
(**) Julio Petrarca. Defensor de los Lectores. Diario Perfil.