Un país parado (de pie)
Desde el Gobierno se difundió que el paro le costó al país 29 mil millones de pesos. Si esto fuera así es bueno enterarse de que los trabajadores generan diariamente semejante suma y se los quiere remunerar con migajas.
La huelga general producida en todo el país a través de una convocatoria de la CGT y las dos CTA tuvo un acatamiento total que formalizó la protesta generalizada sobre las políticas de Gobierno vinculadas al ajuste que requiere el FMI. Los principales periódicos reflejaron en tapa la situación con fotos de una inusual Ciudad deshabitada.
Tituló Clarín en tapa como “Tema del día, la relación con la CGT”: “El Gobierno retoma el diálogo con los sindicalistas tras un paro contundente”.
El comentario, a continuación, completa lo titulado: “A la espera de que la economía se estabilice, la Rosada arranca con reuniones sectoriales. El ministro Frigerio se suma a una actividad conjunta de la UOCRA y la Cámara de la Construcción, que reclaman que no baje la inversión en obra pública. Y el viernes Triaca se reúne con empresarios y dirigentes del sector automotriz (SIC)*. La adhesión al paro fue mayor en Capital y el GBA que en el interior. Se sintió la falta de transportes”.
“El paro se sintió con fuerza y el Gobierno descartó citar a la CGT”. Tituló La Nación en primera plana, coronando una fotografía de todo el ancho de página epigrafiada con “Así lucía, ayer a las 10.30, la avenida 9 de Julio, el retrato más patente del alto acatamiento que tuvo la huelga general”. Y señalaba a continuación:
“Protesta. Sin transporte, la tercera huelga general contra Macri tuvo un alto impacto nacional; la Casa Rosada ratificó el rumbo y dijo que solo negociará sector por sector; la izquierda llamó a ‘luchar hasta que caiga el Gobierno'”.
“La huelga general convocada por la CGT y respaldada por todo el espectro sindical logró ayer un impacto sobre la actividad como no ocurría desde la crisis de 2001, en gran medida como consecuencia de la adhesión casi total de los gremios del transporte público.
El día de calles vacías en todo el país envalentonó a la dirigencia sindical que protesta contra el ajuste fiscal y las políticas de la administración de Mauricio Macri. La expresión más radical la verbalizó el líder ferroviario Rubén Sobrero en el acto organizado por la izquierda: llamó a activar ‘un plan de lucha hasta que caiga el Gobierno’.
En la Casa Rosada vincularon la protesta con intereses políticos y electorales. ‘Son actos de oposición, son del Partido Justicialista’, dijo el jefe de Gabinete Marcos Peña.
El Gobierno ratificó el rumbo económico y advirtió que no piensa convocar a la CGT para una negociación amplia. Su plan consiste en habilitar mesas para discutir políticas de cada sector”.
“Ni el loro”, titula Página|12 con una foto de la desolada parada de colectivos en Plaza Constitución con el epígrafe: “El paro nacional de la CGT y las CTA tuvo un alto acatamiento en todo el país. Macri buscó minimizarlo distribuyendo su foto en la Rosada con un texto provocativo: ‘Acá se trabaja’. ‘No nos resignamos al ajuste’ le respondieron los gremios, que reclamaron un cambio en el modelo económico”.
“’Fue un paro para poder seguir trabajando’, arengó el triunviro Juan Carlos Schmid y despertó aplausos en el salón Felipe Vallese de la CGT donde junto a Carlos Acuña y Héctor Daer realizaron una evaluación del tercer paro nacional que realizan desde diciembre de 2015. Los tres, a su turno, destacaron la contundencia de la medida de fuerza y desconocieron las críticas que les dispensó el gobierno. Incluso reconocieron que el paro fue una exigencia social que superó la militancia sindical y afirmaron que las políticas económicas y sus consecuencias provocaron esta huelga y, como tal, exigieron el cambio del modelo. A pesar de todo, el triunvirato reconoció que está dispuesto a seguir dialogando siempre y cuando haya intención de atender a los reclamos gremiales.
El paro, el tercero que convocó la CGT, fue imponente. Las principales ciudades del país mostraron un alto acatamiento y como tal sus calles se vieron vacías y con los negocios cerrados. La adhesión concreta de la totalidad de los gremios del transporte público hizo un aporte valioso a la efectividad de la medida. Incluso el paro de los metrodelegados que tienen la representación de la mayoría de los trabajadores del Subte y que no están afiliados a la CGT, significó un aporte invalorable a la efectividad de la huelga. Pero también es cierto que, como dijo Schmid, “el malestar en la sociedad desbordó el encuadramiento sindical y la gente se manifestó en contra del desorden económico que provocó el gobierno”.
(*). Contribuyendo a la confusión general hasta en el uso del idioma, Clarín dice “sector automotriz” cuando debería decir “sector automotor” (el adjetivo en concordancia de género con el sustantivo, v.g.: industria automotriz, sector automotor).
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