Un cuarteto carioca
En los cálculos previos con un San Lorenzo que lleva casi tres meses sin jugar oficialmente y un Flamengo en plena competencia, segundo en el campeonato carioca, más las ausencias propias y el Maracaná ajeno, los pronósticos resultaban pesimistas.
¿Qué se esperaba? Un orden de atrás para adelante y que los delanteros tuvieran alguna posibilidad seria… y la embocaran. El primer tiempo no estuvo lejos de esa lectura y el Flamengo recurrió en más de una oportunidad al pelotazo ya que por las puntas perdían más de las que ganaban. Así que un poste nos salvó de Everton y unos milímetros los salvaron del cabezazo de Montoya. Y a descansar.
El vestuario despertó al Fla y trajo a la realidad al Ciclón y su presente de importantes ausencias (Más, Blanco, Cauteruccio) y falta de rodaje del nuevo armado solo ensayado en entrenamientos.
En tres minutos ya nos comimos un penal con barrera –tal el peligro del tiro libre desde la media luna– que Diego le puso inalcanzable al vuelo del Cóndor. Y de ahí en más la debacle…
“Recibir cuatro goles no es normal” –decía al finalizar el encuentro Diego Aguirre– “Tenemos que recomponernos y pensar en la necesidad inmediata de conseguir un triunfo. Estaba dentro de lo probable caer como visitante frente a Flamengo, pero sufrimos una derrota muy dura, que hay que digerir y dejar atrás muy rápido, porque se vienen cosas importantes por delante y pronto”.
“Estamos dolidos, fue triste la caída. Ellos aprovecharon nuestro desorden en la intención que tuvimos de ir a buscar. Me hubiera gustado que el equipo llegara con más rodaje”.
A todos nos hubiera gustado, Diego. Pero como ahora dicen los pibes: “es lo que hay”
Mario Bellocchio
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