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“Trompe-l’œil”

Primero fue la pileta simulada de Buenos Aires Playa, ahora las ochavas pintadas que cuentan, como la pileta, con complementos reales para definir la “trampa ante el ojo” (“trompe-l’œil”). Las piletas con sus sombrillas y areneros. Las ochavas con los peligrosos engendros maceterísticos, un verdadero riesgo para la circulación vehicular.

“El presidente nos pide que desde la política nos hagamos eco de ese esfuerzo y seamos cada vez más austeros en el uso de los recursos públicos” –señaló el Jefe de Gobierno en el discurso de apertura del período legislativo 2018 en la legislatura.

Pero parece que Horacio Rodríguez Larreta no está muy dispuesto a la austeridad. O por lo menos eso es lo que deja traslucir en sus acciones  de “puesta en valor” y “seguridad peatonal” acordes a mejorarle la “calidad de vida” a los porteños, con el tachín-tachín a que nos tiene acostumbrados la banda amarilla.

Y si resultaba dificultoso demostrar la necesidad y oportunidad de la “puesta en valor” de la Plaza de Mayo, lo de los macetones en ochavas pintadas, de las calles, con pretexto de seguridad peatonal, rebasa todos los límites de lo imaginable.

Se trata de unos engendros de cemento armado de enormes dimensiones y peso –llegan a pesar, vacíos, 450 kg y tienen un diámetro de un metro– que se colocan alterando, para achicarla, la superficie de la calzada, pintada al efecto de color arena para simular una nueva ochava por fuera de los cordones de vereda.

Parece ser que los proyectistas urbanos del Gobierno sienten un particular afecto por el “trompe-l’œil” –literalmente: “trampa ante el ojo” –define el diccionario–, “una técnica pictórica que intenta engañar a la vista jugando con el entorno arquitectónico (real o simulado), la perspectiva, el sombreado y otros efectos ópticos y de fingimiento, consiguiendo una ‘sustitución de la realidad'”.

Primero fue la pileta simulada de Buenos Aires Playa, ahora las ochavas pintadas que cuentan, como la pileta, con complementos reales para definir la “trampa ante el ojo”. Las piletas con sus sombrillas y areneros. Las ochavas con los peligrosos engendros maceterísticos, un verdadero riesgo para la circulación vehicular.

Tómese un ejemplo boedense, el primer cruce barrial víctima del despropósito: Inclán y Maza. Si usted circula por cualquiera de las dos arterias y pretende doblar  por la otra en ese cruce, se va a encontrar con un estrecho de Magallanes habitado por maceteros sobre el lado opuesto al que tiene que estar observando para ver el tránsito de cruce. Consecuencia –le sucedió a un vehículo delante mío– se traga un mamotreto de éstos con profundo deterioro para el rodado, circunstancia que al Gobierno de la Ciudad parece importarle muy poco cuando subraya “para brindar prioridad a los peatones” en desmedro –no se sabe con qué objeto, pero se sospecha– de los vehículos, que han pasado a ser el demonio sobre ruedas cuando otras ruedas –las ciclísticas– gozan de una llamativa impunidad para impulsar el alarde –y negocio– de las ciclovías.

El negocio de los maceteros ¿a quién se le ocurrió? En el Gobierno de la Ciudad sobran funcionarios de extensísimos cargos, por lo prolongado de su nombre.

“Desígnase a la Arq. María Belén Cardasz (D.N.I.Nº 33.334.572) en el cargo de Directora de Movilidad en Bicicleta (Nivel B – Grado 0, Función Ejecutiva Nivel III del SINEP) dependiente de la Dirección Nacional de Transporte no Motorizado de la Subsecretaría de Movilidad Urbana de la Secretaría de Planificación de Transporte, a efectos de asegurar el normal desenvolvimiento de la mencionada dependencia” –un cargo absolutamente “imprescindible” dada la “austeridad” reinante, señala el Boletín Oficial sin ruborizarse dada su calidad de comunicado oficial. De manera que no faltará funcionario que facilite el curro de los adjudicatarios amigos como es el caso de la firma Vivero Cuculo SRL, con un largo historial de licitaciones ganadas en el área de la Ciudad.

En efecto, la licitación “MB1. Provisión e Instalación de Macetas para Intervenciones en Ochavas” (1), adjudicada el 12 de julio de 2017, planteaba la compra de 624 macetas de hormigón armado, por un valor total de $9.741.001 –a razón de $ 15.610.- cada túmulo de cemento, una bicoca–. Sólo hubo dos ofertas: por parte de Altote SA y de Cuculo SRL. La adjudicación fue para esta última, que presentó un presupuesto más de dos millones de pesos más bajo que su competidora.

Pero hete aquí que El Sindicato Unido de Jardineros, Parquistas, Viveristas y Floricultores de la República Argentina presentó su oposición, por tratarse de una empresa que no cumple con las obligaciones sindicales, sociales y previsionales. Seis meses más tarde, el Ejecutivo porteño dio su reciente respuesta: rechazó el planteo del sindicato y sostuvo, así, la contratación millonaria de una empresa evasora.

Seguramente debe ser éste el método larretiano para responder al pedido macrista de austeridad: “adjudicá al precio más bajo”. Poco importa si el adjudicatario es un evasor fiscal y previsional, si la obra licitada es absolutamente innecesaria y si, con las argucias del caso, se logra engañar a la percepción del ciudadano, haciéndole creer –”trompe-l’œil” mediante– que se aporta a su mejor “calidad de vida”.

 

(1) MB1 Provisión e instalación de macetas para intervenciones en ochavas / Tipo de Obra: Obras de Arquitectura 7 Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte 7 Dirección General Técnica, Administrativa y Legal 7 Licitación Pública N° 873/SIGAF/2017 7 Objeto: “MB1 Provisión e Instalación de Macetas para Intervenciones en Ochavas”. Presupuesto oficial: $ 10.000.000.-  Presentación de ofertas y fecha de apertura: hasta las 13 hs. del día 12 de junio de 2017 en la Subgerencia Operativa de Compras Licitaciones y Suministros del Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte, Av. Martin García 346/50, 5º Piso. / Publicada el: 02/06/2017

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