Sólo un milagro
Por Horacio Cafferata |
Sólo un milagro podría clasificar al Ciclón para la siguiente ronda de la Libertadores después del magro empate de anoche en el Nuevo Gasómetro
Anoche, martes 15 de marzo, todo pintaba bien en el Nuevo Gasómetro. Hasta un gol tempranero, del infalible “Orti”, para calmar ansiedades. Pasados unos minutos de relajo, luego del gol, en que los “gremialistas” tomaron las riendas, San Lorenzo se hizo cargo de todo y llegó con peligro, sobre todo en el segundo tiempo. Un paréntesis: qué significa llegar con peligro: incursionar en el área chica rival y acosar su arco con una mezcla de imprecisión propia y salvadas de arquero o defensores del equipo contrario, pero ¡esencial! Sin meterla hasta los piolines. Ya a esta altura, uno ve estas acciones y comienza a temblar por el magro uno a cero y la posibilidad de un retroceso en desventaja motivada por el propio acoso. Ayer, hasta los 40 del segundo tiempo, los brasileros ni arrimaban. A esa altura y con la natural premura del empate, atacaron y llegaron y retrocedimos bien para no quedar en inferioridad numérica. Y un par de imprecisiones, propias, y más de un par de fortunas ajenas terminaron con un injusto empate. Sí, ya sé, los resultados no se merecen, se consiguen. Pero lo de ayer tuvo, nuevamente, como ya parece una malhadada costumbre, el amargo sabor de la injusticia con un resultado conseguido por el adversario en el cierre del encuentro. Malo para los números, malo para la clasificación, malo la recuperación de la confianza de los goleadores, malo para el ánimo general de un equipo que tiene buenos momentos de juego, que sabe lo que quiere pero no lo transforma en resultados.
Ahora todo está en manos de Dios. ¡Francisco! Teléfono.
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