Será Bauza
¡Habemus Patam! Luego del culebrón futbolístico instalado este mediodía cuando Armando Pérez desde la AFA anunció que había sido elegido el técnico de la Selección cuyo nombre se revelaría a las 19hs, acaba de anunciarse oficialmente la designación: Edgardo Bauza es el elegido.
Cuando el Tata se plantó y dio el impensado portazo, salieron de Viamonte las ambulancias en la búsqueda de los salvadores de “la patria futbolera”. El “loco” Bielsa dio cuenta de su cordura y dijo ¡No, gracias! El Cholo encontró la excusa perfecta en la infranqueable cláusula de salida del “Aleti”. Y Sampaoli se venía a nado cuando se acordó de que no sabe nadar. Así que el Patón –cuarto en las gateras– pasó a ser Gardel y los guitarristas antes de Medellín.
Sin embargo, como nunca antes, su trabajo estará bajo la lupa. Arrancará con poco tiempo de trabajo, porque el 15 de agosto tiene que dar la lista para los partidos ante Uruguay (1/9, Mendoza) y Venezuela (6/9, Mérida), por las Eliminatorias. No habrá amistosos para testear, y sin dudas deberá usar toda su muñeca para convencer a Lionel Messi de regresar a la Selección, algo sin dudas más importante que su designación.
Edgardo arrancó como entrenador en 1998, equipo en el que había sido ídolo como jugador y campeón del torneo local 86/87, el último del Canalla. Fue un zaguero fuerte, buen cabeceador, que además de Junior de Barranquilla jugó en Independiente y Tiburones Rojos de México. Era líder en sus equipos, casi no tenía necesidad de gritar para hacerse entender. Como entrenador tiene un perfil similar, pocas veces se desborda desde la línea de cal.
Su comienzo en el Canalla tuvo una frustración al perder ante Santos la final de la Conmebol 98. Su mejor expresión se vio en el Apertura 99, cuando fue subcampeón del River de Ramón Díaz, con 43 puntos. Ese equipo tenía una versión muy ofensiva, con jugadores de calidad, como Equi González, un delantero ya experimentado como Juan Antonio Pizzi, y jugadores emergentes como Buljubasich, Cuberas, Moreno y Fabianesi. En 2001 jugó la Copa Libertadores y llegó hasta las semifinales, instancia en el que fue eliminado por Cruz Azul. Aquel Central tenía una actitud muy ofensiva.
Luego le llegó la chance de dirigir a Vélez, en 2001 y 2002. Fue eliminado en fase de grupos de la Copa Libertadores 2002, al perder de local 1 a 0 ante Nacional de Montevideo, y dejó al Fortín.
Luego le tocó Colón de Santa Fe, donde disputó una Copa Sudamericana. De allí pasó a un grande de Perú, Sporting Cristal, club que ganó dos torneos locales, y luego regresó al Sabalero para la temporada 05/06.
Entonces, le tocó su experiencia en Liga de Quito, la más extensa de su carrera, porque se extendió desde 2006 hasta 2013, con excepción de 2009, cuando dirigió al Al Nassr de Arabia. El punto más alto fue la Libertadores del 2008, la primera de un equipo ecuatoriano, ganada ante Fluminense en el Maracaná. Esa noche el Patón lloró. Su equipo contaba con el arquero Pancho Cevallos, clave en la definición por penales ante los brasileños, Taca Bieler de delantero, Damián Manso de enganche, Guerrón, Enrique Vera y Bolaños, en el mediocampo, futbolistas que se potenciaron con él.
Además, con los ecuatorianos ganó dos torneos locales (2007 y 2010) y la Recopa 2010. Quedó instalado como figura histórica pese a que su arranque no había sido positivo: tras los primeros partidos tenía que salir con custodia policial. Siempre recalca que fue clave el apoyo del dirigente Rodrigo Paz.
Su regreso a la Argentina fue a San Lorenzo. No era fácil la empresa: debía reemplazar a Pizzi, que había dejado al equipo campeón del Apertura 13, y la misión era ganar la primera Copa Libertadores en la historia del club. La versión de ese Ciclón mostró a un equipo no tan ofensivo como el Canalla. Los puntos altos fueron el doble cinco Ortigoza-Mercier, Nacho Piatti que se fue antes de la semi, Angel Correa y el Cóndor Torrico en el arco. Estuvo a punto de quedar eliminado en fase de grupos por Independiente del Valle, sin embargo aguantó, pasó por penales ante Gremio, eliminó a Cruzeiro al sacar un empate en Belo Horizonte, en semifinales goleó 5 a 0 a Bolívar de local y en la final el penal de Ortigoza liquidó la resistencia de Nacional de Paraguay para darle al Ciclón la ansiada Copa.
Sus seis meses en San Pablo le dejaron la frustración de la eliminación en semifinales en la Copa Libertadores. Con 58 años dirigirá por primera vez a una selección. Había sido integrante del plantel de Carlos Bilardo en Italia 90, donde no llegó a jugar ni un minuto.
Ahora le toca su máxima responsabilidad. Agarra a Argentina primera en el ranking mundial FIFA, pero con muchos problemas internos, con futbolistas afectados anímicamente por tres finales perdidas y con la clasificación a Rusia 2018 no encaminada. Ídolo canalla, tendrá como primera misión gestionar el regreso de un Leproso. Es el partido más importante que tiene por jugar.
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