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Se viene la primavera

De vez en cuando la vida / Nos besa en la boca…………….Y uno es feliz como un niño / Cuando sale de la escuela*. Por Mario Bellocchio

Hace un par semanas, mi amiga María Eugenia –María Eugenia Fernández Andés, secretaria de Cultura del PJ de la Comuna 5– me invitó a una celebración organizada con la intención de recuperar el ánimo y organizar la resistencia peronista a las frecuentes actitudes del sátrapa que nos gobierna.

Aquella invitación decía: “Peña Primavera Peronista, Club Malvinas Argentinas,  Eva Perón 1934” y en un alarde que consideraba que toda la mala suerte la habíamos agotado con la elección presidencial, anunciaba su concreción para el “‘viernes 13’ de septiembre, a las 20”. “Será un día peronista”, pronosticaba con convicción.

Me contaba María Eugenia que habían preparado una mención para homenajear a “personalidades de la cultura de cada comuna” y en esa nómina me incluían como representante de la Comuna 5.

En el bajo-autopista de la avenida Eva Perón, frente a la estación Medalla Milagrosa del subte E, desarrolla sus actividades el Club Malvinas Argentinas. Nacidas como “fútbol infantil” se fueron ampliando en lo deportivo y social y hoy el club cuenta, aparte de sus canchas techadas por la autopista, con un espectacular salón social donde era la convocatoria.

El caso es que imaginé una celebración acompañada por una presentación grupal de quienes, en cada comuna, llevan adelante actividades culturales, cuando, por lo contrario, se trataba de un homenaje individual muy emotivo con presentación curricular y obsequio incluido, culminado en fiesta.

Apenas ingresado me hicieron sentir parte al llevarme a una mesa de nuestra comuna donde se fueron haciendo presentes algunos amigos y otras personas que me saludaban con afecto. Gabriela Giménez Lamberto –artista plástica y amiga– Carlos Tyndyck y su esposa Susana Costa y Eduardo “Edu” Alfonsín, con quienes integro la Sociedad “Juntos por la Plaza”; mi amigo Raúl Sánchez, referente de “ComunArte”, mi amigo y comunero de la 5 Hernán Gorretta y el  secretario de Cultura del PJ de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Carlos Benítez, con quien hoy jamás me atrevería a usar el usual apodo de otros tiempos –el Negro– por varias razones que exceden el respeto. Entre ellas, la invasión de las canas.

Lo cierto es que él fue quien escribió mi semblanza, que adjunto, cargada de, quizás, inmerecidos elogios, pero ciertamente precisa en cuanto a las citas de actividades personales, recorrido que al escucharlo culminé restregándome los ojos.

Y como artístico recuerdo de la evocación, fui obsequiado con una bandera argentina enmarcada en cuyo centro la artista plástica Sofi, mediante un delicado proceso de prensado, adhirió una margarita a modo de sol.

Así desfilamos los quince homenajeados y al cabo de la foto grupal cantamos a viva voz con mi hijo Pablo, quien me acompañó en la jornada, “Los muchachos peronistas”. Pensé que a Virginia, mi esposa y directora socio-cultural de Desde Boedo, le habría gustado estar –y cantar “la marchita”, seguramente–, pero no fue posible su concurrencia por razones de salud.

En épocas tan sombrías, por un momento, asomó el sol en Malvinas. La margarita de Sofi cobijó algo de tanta emoción.

 

(*). De Vez en Cuando la Vida, canción de Joan Manuel Serrat

 

Mario Bellocchio

Para los que lo conocemos, Mario Bellocchio es un tipo normal, un vecino que camina las calles del barrio como uno más. Lo que lo hace diferente es que Mario conoce cada uno de los rincones de Boedo y su historia. Porque infinidad de veces le ha tocado y se ha impuesto retratar la esencia del barrio y su identidad a través de su Mesa de publicaciones en el Pasaje San Ignacio y Boedo. Así como de sus fotos, documentales, libros y notas que luego de una rigurosa investigación fueron volcadas en su periódico “Desde Boedo” que él fundó en 2001. Hoy con 23 años de vigencia y edición propia de sus artículos, comprometidos con la verdad y cuya extensión, a veces, lo obligan a transformarlos en libros, como es el caso de “Días de Balneario, Noches de Varieté”, (de 2003); “Tomando el Toddy con Tarzán” (2004); “Historias contadas Desde Boedo” (2006); “Un Viaje Increíble” (2013), “La epopeya de la Plaza Mariano Boedo, cronología del largo camino de lucha vecinal por la conquista del verde vital” (de 2019) o su obra maestra de investigación: “Luminoso Boedo. La aventura de Antonio Zamora y su Editorial Claridad” (2016).

Pero su trayectoria es mucho más amplia y puede sorprender a más de uno. Pues desde los ya lejanos tiempos de sus comienzos como operador de cámaras en Teleonce (1961) y su creación de la mascota del canal, Leoncio, a su retiro con gloria de la dirección de televisión con “Nueve Lunas” en 1995, Mario Bellochio dedicó su tiempo a la crónica histórica, hasta entonces volcada a lo fílmico en decenas de producciones, algunas de ellas de realización propia como “Un águila guerrera”, sobre las secuelas de “Malvinas”, o “Manzi, una geografía”, con guión de Diego Ruiz.

Por todo eso y por mucho más. Y porque la Historia cultural de Boedo lo obsesiona.  Si hay alguien en este barrio que merezca un reconocimiento por su trayectoria, ése es, sin lugar a dudas Mario Bellocchio.

(Tras el cariñoso anonimato descriptivo pude averiguar que el autor de estas líneas era Carlos Benítez, secretario de Cultura del PJ CABA, a quien agradezco sus conceptos)

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