Saqueo al cine nacional
Por María Virginia Ameztoy
Estamos asistiendo a un desguace de las instituciones que expresan nuestra cultura, hoy llevada al paroxismo con la renuncia del Presidente del Instituto Nacional de Cinematografía y Artes Audiovisuales –INCAA–, Alejandro Cacetta, a pedido expreso del ministro de cultura, Pablo Avelluto.
Lo irrisorio, por no decir deplorable del caso, es que en el programa de Alejandro Fantino del martes pasado, el pertinaz manifestante anti pueblo Eduardo Feimann –su lugarteniente–, se difundió un “comunicado” de neto cuño oficialista.
No solo Cacetta sino también Pablo Rovito, director de la escuela del Instituto, –Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica, ENERC–, caen en la volteada de una operación política de la peor especie, aduciendo actos de posible “corrupción”, arma preferida de los gobiernos neoliberales para sacarse de encima a los funcionarios que no son absolutamente orgánicos y obedientes a sus intereses. Y bien decimos intereses, ya que el gobierno debe apetecer los fondos genuinos que tiene el instituto (esto es, que lo recaudado por las entradas de cine, vayan, como corresponde, al INCAA.)
La autarquía del INCAA es decretada en 2002 y restableció la situación que tenía en 1996, año en que el gobierno de Menem-Cavallo impuso el ilegítimo manejo de sus recursos por parte del Ministerio de Economía. Desde ese entonces las entidades del cine argentino, junto con las sucesivas direcciones nacionales y consejos asesores del Instituto, reclamaron por el derecho que asiste al Instituto para manejar directamente los recursos del Fondo de Fomento Cinematográfico, tal como lo establece la Ley de Cine (17741), y que son indispensables para su desenvolvimiento.
Este pedido de renuncia por parte del Ministro de Cultura solo puede interpretarse como un nuevo ajuste, la “flexibilización” de nuestro patrimonio audiovisual.
La comunidad de la ENERC realizó una masiva asamblea donde defendió el método del concurso público por el que fue designado el director Pablo Rovito y convocan a la comunidad audiovisual:
“Llamamos a la unidad de todos los sectores y asociaciones representativas del ámbito audiovisual: técnicos, guionistas, creativos, actores, productores, directores y estudiantes a unirse en defensa de la ENERC, del INCAA, de su autarquía y de la producción cinematográfica toda, para que esto no sea parte del ajuste sistemático hacia la educación pública, la cultura y otros espacios conquistados por la sociedad. Nos reunimos en asamblea frente al Cine Gaumont, Rivadavia 1635 CABA, este jueves 13 de abril a las 15hs”. Los trabajadores del INCAA se suman a la convocatoria.
Una inquietud final: ¿Cuál es la política cultural cinematográfica que impulsa el actual gobierno? Ninguna, sólo ve al cine como algo “suntuario”. Y lo que es peor aún, algo molesto a sus propios intereses, esto es, derribar cualquier cosa que se interponga a su lógica expoliatoria y a todo lo que visualicen como barrera para su aspiración de engrosar cada vez más los bolsillos de sus personeros.
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