Sandra Mariel Baez
El deceso de una querida maestra de Boedo
A comienzos de diciembre de 2011 el tratamiento legislativo que afectaba a la llamada Junta de Clasificación Docente y los sucesos que dominaron el entorno de las sesiones, llevaron a la palestra la problemática vinculada a los manejos del Gobierno de la Ciudad con respecto a la educación pública, su planificado deterioro con traslado de beneficio y susbsidio a la educación privada.
Acá en Boedo, mientras tanto, Aníbal Lomba, el antiguo detentador de la historia barrial, predicaba el “miedo al miedo” creyendo oír insultos cuando el Jefe de Gobierno inauguraba nuestra plaza donde sólo hubo justos reclamos y carteles de protesta. “Ahora son para los ‘desaforados maestros’ portadores de armas blancas” los dardos de su paranoia. Curiosamente no hace ninguna mención a la media docena de micros que depositaron “barras bravas”, enmascarados que atacaron a palazos –ante el vía libre de la Metropolitana– a los maestros congregados en la legítima protesta.
Es en esa circunstancia cuando Sandra produce una nota sobre el tema, publicada en Desde Boedo –que reproducimos en su homenaje– para demostrar que lo verdaderamente escandaloso no son las protestas docentes ni los delirios –para alborotar a crédulos vecinos– de maestros “con cuchillo”, sino los inconfesables propósitos del Gobierno de la Ciudad con respecto a la educación pública.(La Redacción)
Los derechos docentes
Por Sandra Mariel Baez
Los docentes porteños recordaremos el 1º de diciembre como el día en el que de manera “inconsulta” se vulneraron “nuestros derechos”; aquellos adquiridos desde 1986 en la C.A.B.A, mediante el debate y la participación democrática de los/as maestros/as.
Los legisladores del Pro tras una jugada estratégica lograron, con los votos justos, la modificación del Estatuto Docente. Digo jugada estratégica porque al darse cuenta de que no conseguían el apoyo mayoritario de su PRO-yecto buscaron aliados serviles a sus objetivos y así darle un doblez al documento jurídico que es pilar de la lucha docente.
El proyecto macrista inicial buscaba reemplazar un cuerpo colegiado (conformado por nueve miembros, tres representantes del Gobierno de la Ciudad y seis representantes de los trabajadores elegidos en elecciones democráticas por todos/as los/as maestros/as estén o no afiliados a algún sindicato) por una Oficina Unica de Clasificación Docente dependiente del Ministerio de Educación y una Junta de Control que participaría en el caso de algún requerimiento particular.
Este proyecto se encontró, prácticamente, sin apoyo por lo cual el Pro decide ir en búsqueda de aliados, es así como el legislador Sergio Abrevaya de la Coalición Cívica presenta el proyecto alternativo que fue el aprobado, que si bien no elimina las Juntas, las disminuye en número (pasa de 14 a 7) y limita sus funciones.
Cierta parte de la sociedad considera nuestro reclamo algo caprichoso y exagerado. Sin embargo, para poder entender el porqué de las protestas debemos apelar a la memoria histórica de ciertos acontecimientos.
El Estatuto del Docente a nivel nacional se consiguió en 1958 como consecuencia de que ninguna norma reglamentaba la carrera docente.
La necesidad de los trabajadores de la educación de tener un Convenio Colectivo los lleva a organizarse y así obtener este marco jurídico.
Una vez que el Estatuto tomó vigencia se fueron acabando las irregularidades, que tomaban a los amigos del gobierno de turno y así la “dedocracia”, dejó de estar al orden del día.
Las Juntas de Clasificación y Disciplina Docente están consagradas en el Estatuto, son una conquista del cuerpo docente conseguida luego de intensas luchas. Por lo tanto, la modificación de cualquier Convenio Colectivo debe ser consensuado con sus trabajadores/as para consolidar el estado de derecho, ese es el reclamo de los maestros y las maestras de la Ciudad.
Desde que el Ing. Mauricio Macri asumió como jefe de Gobierno no ha dejado de provocarnos, tal vez porque no considera que la educación sea un servicio público en el que el Estado debe garantizar la calidad, la igualdad de oportunidades no dependiendo del nivel socioeconómico y cultural del que provengan los sujetos.
Los docentes nos preguntamos hasta cuando seguirán atacando, tildándonos de vagos y violentos, hasta cuando continuarán haciendo declaraciones que enfrentan a los maestros con la sociedad que piensa que este es un conflicto docente más.
No se equivoquen, no nos equivoquemos éste es un conflicto del cual “todos y todas” formamos parte porque aquí está en juego la vigencia de la escuela pública de calidad que queremos para nuestra sociedad.
Tanto el jefe de Gobierno como su Ministro no saben lo que ocurre en las escuelas públicas porque nunca asistieron a una, ni la eligieron para la educación de sus hijos. Será por eso que tal vez, en lo que va de su gestión la escuela privada se vio altamente beneficiada (en 2008 el presupuesto en subsidios a la educación privada fue de 490 millones de pesos, en 2009 subió a 700 millones y en 2010 a 805 millones).
A pesar de los avatares que corren por estos tiempos, los docentes de la escuela pública continuamos de pie, dice Paulo Freire que “El estudio no se mide por el número de páginas leídas en una noche, ni por la cantidad de libros leídos en un semestre, que estudiar no es un acto de consumir ideas, sino de crearlas y recrearlas”. Tomando estas palabras” seguiremos creando, recreando, resistiendo, soñando y luchando por una escuela pública de crítica y en libertad.
Sandra Mariel Baez. F.C: 410235. Maestra de grado de la Esc. Nº 8 (Almafuerte). D.E.6º
Desde Boedo Nº 114-diciembre de 2011