Salir de copas
En el término de una semana San Lorenzo quedó fuera de dos copas que disputaba –la Argentina y la Sudamericana– en circunstancias donde se le puede reprochar sólo la ineficacia, una merma circunstancial, pero en el peor momento, la definición de los torneos.
Tanto Gimnasia como Chapecoense no fueron equipos superiores, sino oportunos y pacientes, que saben usar sus recursos y tuvieron de su lado la suerte, que siempre ayuda. En ese sentido desde el cuerverío no pueden presentarse quejas ya que el apoyo de la diosa fortuna nunca se nos había retaceado como en estas dos oportunidades. Así que “ajo y agua”. Y a ocuparse de Boca tratando de levantar el ánimo en lo único que queda por pelear.
En cuanto al partido, el Ciclón llegó con la presión de anotar de manera obligada un gol para poder soñar con la final, a raíz de haber igualado 1-1 en el partido disputado la semana pasada en el Nuevo Gasómetro. Así y todo, la primer aparte del juego mostró a un elenco brasileño bajo la lógica de esperar pero a los argentinos sin la euforia de ir en búsqueda del arco rival.
Así y todo, la más clara estuvo en los pies de Emanuel Mas durante los primeros 45 con una desatención de la defensa rival. Escaló, ganó y sacó un remate rasante que logró desviar con el pie el arquero Danilo. Del otro lado, algunos arrebatos y un gol anulado por un fuera de juego muy fino.
El tiempo se consumió sin demasiada acción y los de Diego Aguirre quedaron con una única carta de imponerse en el complemento. El cambio de Nicolás Blandi por Mathías Corujo desde el vestuario expuso una intención al menos diferente.
El ex delantero de Boca, apenas tuvo una situación, sacó un zapatazo que casi se mete en el arco rival. Al instante, Más peinó un centro que rompió el palo. Quizás pudo haber tenido una mejor reacción Martín Cauteruccio tras una buena habilitación que lo dejó mano a mano. Ninguna quiso entrar. Ni el tiro del final: segundos finales, cae la pelota abajo del arco, Angeleri remata y pega en el pie del arquero.
El Ciclón se quedó con las ganas de acceder a la segunda final de su historia de Copa Sudamericana, tras ser campeón en el 2002. Los brasileños, que por segunda vez juegan este certamen –el año pasado fueron eliminados por River en cuartos de final–, esperarán por el ganador de Atlético Nacional de Colombia y Cerro Porteño de Paraguay.