Sale Monárriz, entra Soso
En Somellera al 800 (Comuna 4) hay un supermercado chino de nombre “Soso” ¿Le suena?
Los muchachos de Página 12 se mandaron un exhaustivo trabajo estadístico de los últimos padeceres de San Lorenzo y sus conducciones técnicas y, a la vez, explican por qué Mariano es un Soso que no tiene nada de “chino” pero podría llegar a “súper” si lograra encarrilar este irregular “Ciclón 2020” (MB).
A falta de algunos detalles para cerrar su contrato, el rosarino de 38 años estaría debutando el sábado 21 de marzo, a las 17.45, en el Nuevo Gasómetro, ante el Gimnasia La Plata dirigido por Diego Maradona, por la segunda fecha de la Copa Superliga. Soso viene de renunciar a principios de año en Defensa y Justicia tras sufrir varias bajas en el plantel durante el mercado de pases veraniego. En su poco tiempo en el Halcón, dirigió 18 partidos y obtuvo el 40 por ciento de los puntos (seis triunfos, cuatro empates y ocho derrotas).
Licenciado en Trabajo Social, Soso viene de una familia que fue víctima directa de la última dictadura cívico-militar, por lo que la Memoria es un tema de militancia para Soso tanto presencial como en sus redes sociales. Su madre es Alicia Lesgart, referente en materia de derechos humanos en Rosario, y prima de María Amelia Lesgart y Rogelio Lesgart (desaparecidos en 1976 tras ser trasladados al centro clandestino de La Perla, Córdoba) y Adriana Lesgart (en 1979).
En cuanto a lo futbolístico, tras ser asistente técnico durante varios años -principalmente de su coterráneo rosarino Claudio Vivas-, Soso inició su carrera como entrenador principal en 2015 con Real Garcilaso de Perú, realizando una gran campaña que despertó el interés de Sporting Cristal, con el que luego sería campeón. Su buen andar por tierras incas lo devolvió al fútbol argentino en 2017, pero su estadía en Gimnasia La Plata no duró demasiado: 12 partidos (36% de efectividad). En 2018 estuvo en Emelec de Ecuador, al que clasificó a la Copa Libertadores, para luego arribar a Florencio Varela.
Desde que Edgardo Bauza dejó vacante el puesto en 2015, no le ha sido fácil a San Lorenzo encontrar un reemplazante estable para el conductor de aquel equipo campeón de la tan ansiada Copa Libertadores en 2014. El Patón se fue con una marca de 99 partidos en dos años, con una efectividad del 53%. Más tarde llegó Pablo Guede, quien tuvo un buen andar, cualidad que le faltó para su relación con los referentes del plantel, lo que desembocó en su pronta salida cuatro meses después de asumir (24 partidos y 56%). Entonces fue el turno del uruguayo Diego Aguirre, quien aguantó más de un año en el cargo (57 partidos y 58%) para dar lugar al interinato de Claudio Biaggio.
El Pampa logró asentarse y llegó a dirigir 43 partidos (56%), pero se tuvo que ir a fines de 2018 y es a partir de entonces que San Lorenzo pasó de tener balance ganador a perdedor. Tras una presentación con Diego Monarriz al frente que terminó en derrota, fue el turno de Jorge Almirón (25 partidos con sólo cuatro triunfos y 34%), quien se fue en mayo de 2019.
La responsabilidad cayó nuevamente en Monarriz por un partido (0-2 ante Estudiantes de San Luis por Copa Argentina) hasta que arribó Juan Antonio Pizzi. Pero el nacionalizado español aguantó unos pocos meses (13 partidos y 43%), por lo que Monarriz se hizo cargo una vez más. Tras un buen cierre de año fue confirmado en el puesto, donde no llegaría siquiera a la docena de partidos (10 juegos y 46%). Ahora, tras el digno miniciclo de Tocalli, Romagnoli y Acosta será el turno de Soso, quien espera quedarse por un buen tiempo en Boedo.