Reliquia en ruinas
En pleno Palermo, el último reducto histórico del tango, clausurado y abandonado
El Tambito es el único de los tres locales de un circuito tradicional del Buenos Aires tanguero de fines del 1800 que sigue en pie. Inexplicablemente, este chalet, vecino al Jardín Japonés, está al borde de la ruina.
Abandonado y clausurado, el chalet que albergó a artistas, prostitutas y niños bien de la sociedad porteña en busca de aventura y diversión está a merced de las inclemencias del tiempo y de la acción de palomas y roedores.
El músico Antoliano Rojas ha lanzado una petición a través de Change.org para que las autoridades nacionales y porteñas del área de cultura hagan algo al respecto.
“Por suerte hace unos años se salvó el edificio –dice Rojas en su petición–. Pero no alcanzó y antes de que se lo ‘morfen’ las palomas, literalmente hablando, ¡faltaría devolverle su memoria de tango! Que el organismo correspondiente lo ponga en funcionamiento, y que circulen los numerosos músicos de tango que por suerte van siendo cada vez más”, implora.
Por la poca atención pública que ha merecido el Tambito, podría pensarse que se encuentra en algún lugar perdido de la Capital, pero no. Está exactamente a la vuelta del coqueto Jardín Japonés, por la calle Adolfo Berro, en plenos bosques de Palermo, sitio transitado si los hay, por residentes y turistas.
A fines del XIX y comienzos del XX, intérpretes, orquestas y parroquianos recorrían el circuito que pasaba por el restaurante Hansen –ubicado frente al Planetario–, por el Velódromo, detrás de aquel, y por el Tambito. “De los tres sólo queda en pie el Tambito, por eso la importancia de salvarlo”, explica Rojas.
Un poco más de historia
En octubre de 1877, se firmó el convenio entre la Comisión Auxiliar del Parque Tres de Febrero (Palermo) y el señor Casares, un importante promotor de la industria láctea en el país. Casares se comprometía a pagar un alquiler mensual por un kiosco y un terreno con 40 varas de frente al este sobre la avenida Sarmiento y 40 varas de fondo sobre el camino de los Paraísos, por un período por cinco años. Luego el arrendamiento fue cedido a la firma Constan & Fernán y Cía.
El lugar, ubicado en la actual Avenida Francisco Berro, entre Sarmiento y Casares, funcionó al principio como una lechería, pero también fue un bar que pronto se convirtió en punto de encuentro de arrabaleros, malevos y grupos de “niños bien”. También funcionaba como prostíbulo.
El Tambito en la crónica policial
En el libro Recuerdos del 900, Federico Lastra cita estos versos:
“Las biabas que habré pegado
en los bailongos de antaño,
como que en mis mozos años
me tenían por pesado.
¡Los burdeles que habré armado
En El Tambo y lo de Tarana!
Cuando me daba la gana
hacía parar la orquesta,
armándose cada gresca,
que terminaba en la cana”.
Producto de este incidente, que tuvo lugar en una noche de diciembre de 1901, la autoridad cerró las puertas de El Tambito, que luego sería reabierto, antes de un cierre definitivo y de empezar a padecer el olvido y el consecuente deterioro.
En charla con Infobae, Antoliano Rojas subraya otra incongruencia: en el año 2009, la Ciudad descubrió, durante una excavación en Palermo, los cimientos del café Hansen, junto al Planetario. Se montó una carpa en el lugar desde la cual el Ministerio de Cultura de la Ciudad expuso “reliquias” de la época, como monedas, botellas de vino y ginebra inglesa y cubiertos que pertenecieron al local desaparecido.
En aquella ocasión, un funcionario de Patrimonio Histórico dijo: “Queremos rescatar el circuito del tango porque patrimonio cultural es todo. Y es una oportunidad para conformar éste como un lugar para promover jóvenes talentos de esta música”.
Ante esto, cabe preguntar: ¿no es un gran despropósito poner tanto énfasis en mostrar los cimientos de un lugar que ya no existe mientras, a escasos metros de allí, se deja que un sitio igualmente valioso para nuestro patrimonio cultural se hunda lentamente en el olvido?
Por Claudia Peiró y Alana Gorski – cpeiro@infobae.com agorski@infobae.com
Fotografías: Nicolás Stulberg