Otra vez lunes
La lucha contra la alienación del sistema y la rutina
¿Qué mayor símbolo de alienación que el propio “lunes”? Ese que representa la tediosa rutina, el comienzo de una semana que será igual, pesadamente igual, a la anterior y que la próxima y así al infinito. Un inicio de semana que da cuenta de unos días que lo precedieron, días de “completa libertad” y de unos días venideros que, parece, este hombre rechaza por su falta de gracia, en la amplia acepción del término.
Aquí la historia se centrará en un hombre, uno de los tantos que integran aquella multitud homogénea, uno solitario, desesperado en su añoranza por un pasado que perdió (seguramente por una abulia incapacitante también). Es que alguna vez tuvo cuadros, una panera, sobremesas, alguna vez fue de un lugar. Sí, pero ahora ya no. Está claro. En su gesto hay tristeza que con el tiempo se convertirá en desgano y ese desgano en inercia que lo llevará irremediablemente a confundirse con el otro y perderse por completo.
Él no quiere, rechaza fuertemente convertirse en un esclavo feliz, no quiere estar alienado. Quiere conservar su distinción, sus gustos, sus recuerdos, sus nostalgias. Pero como si la sociedad de consumo fuera un monstruo gigante al que este hombre es incapaz de enfrentar, el sistema lo va cooptando hasta hacerlo perderse por completo. Se vuelve autómata y repite el discurso establecido.
Para marcar la fuerza arrolladora de la rutina, Bellocchio se vale de procedimientos puramente teatrales: la danza para marcar la coreografía de la rutina, los movimientos que se repiten a diario, como si de alguna manera la abulia tuviera su propio baile; la duplicación ya que por momentos lo que se ve en escena también es narrado para lograr el efecto de extrañamiento de estos rituales que solemos repetir a diario y que cotidianamente nos resultan gestos normales, comunes. ¿Es que acaso está bien viajar apiñados, agolpados con extraños y, en medio de esa marea humana, pretender responder a preguntas personales si a un conocido nos cruzamos?
El arte aún sigue siendo el lugar de resistencia pero sobre todo el lugar para diferenciarnos. Aparece Cortázar, la danza, el teatro puro y la música para mostrarnos la salida. Y sí, un lunes se puede ver teatro.
Comments are closed.