No al cierre de Apacheta
El espacio que conduce Guillermo Cacace se resiste a cerrar sus puertas tras el aviso de desalojo.
Apacheta ha sido sede de grandes obras teatrales –basta mencionar Los hombres vuelven al monte y Mi hijo sólo camina un poco más lento, ambas entre lo mejor del año 2015– y es también un espacio de formación e investigación teatral. Los actores, directores, docentes y alumnos que pueblan el teatro buscan evitar el desalojo de la sala que alquilan en Pasco 623, barrio de Balvanera. El edificio, que en su planta baja alberga un taller mecánico, está a la venta.
“Este predio se alquiló durante todos estos años. Hoy sus dueños venden el espacio: un galpón que al tomarlo en 2002/2003 tenía enormes agujeros en su techo y pasto creciendo en las grietas del piso. Tenemos un lapso de tres meses para buscar otro emplazamiento. Nuestro deseo sería hacer una oferta de compra a los propietarios para no perder todo el trabajo que hemos hecho para fundar este movimiento. El límite para nuestro deseo es económico y la voluntad de multiplicar lo realizado hasta hoy encuentra su mayor aval en el nivel de pericia demostrado hasta la fecha”, cuenta Cacace, a través de una carta abierta. “¿No nos tendría que asistir algún tipo de derecho a una línea de créditos blandos, a algún tipo de subsidio que reconociendo lo hecho velen por su mañana?”.
A pesar de encontrarse en una zona periférica para el circuito teatral de la Ciudad, Apacheta fue sede de festivales internacionales como el FIBA, sala de estrenos para cortos y largometrajes del circuito alternativo y de conferencias en las que participaron grandes referentes del teatro local, como Eduardo Pavlovsky, Ricardo Bartís, Mauricio Kartún, Ciro Zorzoli y Federico León.