No soy Nisman
Reflexión del sacerdote Eduardo de la Serna*
“La muerte de Nisman, al menos por lo que sabemos, tiene muchas aristas extrañas. Y sería de desear que los responsables de la investigación puedan avanzar con serenidad, sin apuros pero con precisión y firmeza para aclarar el hecho sin dejarse influir por los que desean que la responsabilidad o sospechas se dirijan en un sentido o en otro. Las declaraciones de varios miembros de la oposición (y su participación en la incomprensible marcha cacerolera) y los comentarios de varios periodistas estrella del Grupo Clarín no hacen sino embarrar la cancha, pretender llevar agua para sus candidatos e insinuar mafias responsables en sectores “K”. Poca seriedad por cierto, y menos periodismo todavía, aunque cada vez nos acostumbran más a esto último y quizás ya no recuerden de qué se trataba eso de ser periodistas por su afán de ser lobbistas.
En lo personal, del mismo modo que me solidaricé con las víctimas de Charlie Hebdó, pero afirmé “no soy Charlie” cuando se burla del islam y los musulmanes, me solidarizo plenamente con Nisman y su familia en el dolor por la muerte, pero “no soy Nisman” que regresa aceleradamente de sus vacaciones para recorrer canales de televisión ¿mafiosos? con denuncias insólitas e insustanciales entrando en una espiral difícil de sostener. Espero claridad en su muerte y en lo que lo llevó a ella y desearía silencio en los que celebraron su aparición y su compulsión denunciadora a la espera de elementos probatorios que esclarezcan una muerte de la que quizás ellos no sean tan inocentes.”
(*) Eduardo de la Serna (Buenos Aires, 12 de febrero de 1955) es un sacerdote católico argentino y como coordinador del Grupo de Curas en Opción por los Pobres de Argentina es la voz más crítica dentro de la Iglesia Católica Argentina.