Nieve en la Ciudad
La nevada que vio Manzi hace 100 años (…y la que vimos nosotros en el Homero Manzi)
Por Horacio Cafferata
Luego de un parate de unas tres horas se reanudó el festival del copo durante buena parte de la noche con lo que nuestra ciudad amaneció con una espesa capa blanca. En ese lapso de la mañana del domingo se sacaron las fotos que inmortalizan el momento. La más célebre de ellas, anónima, rescatada del Archivo General de la Nación, muestra a la Plaza de Mayo cubierta por un manto blanco de unos diez centímetros de espesor, que se repite sobre el piso y la cabalgadura de la estatua a Belgrano.
De aquellos tiempos, Cátulo Castillo recordaría a Homero Manzi –su entrañable amigo– en una poética descriptiva que incluye a la nevada.
Dice Cátulo:
Homero era del barrio, aunque no propiamente, sino de otra avenida que tenía sus respetos y prestigio especial, porque había un dispensario médico de orden municipal “Hospitalito Bosch”, y además vivía el escultor Riganelli, con genio creador, cuando el gordo empezaba a pisar su adolescencia.
Lindante estaba el mundo de Vasena y la Semana Trágica, a una cuadra de casa, y cerca –inolvidable– “el tiempo de la nieva” en Buenos Aires, la guerra del 14 y la billarda con que Juan Pronzalino hizo añicos el ventanal grandote de una fonda, donde tocaba cosas el que fue “el viejo ciego” de nuestro primer tango con Homero y el flaco musical Sebastián Piana.
Y hace 11 años, la del 2007
El despliegue continuó durante la semana en las instituciones de la Red. El número de actividades hizo difícil asistir a todas ellas. Este periódico estuvo presente en algunas como la deliciosa charla ilustrada de Aquilino González Podestá, organizada por la Asamblea de Boedo, y el debut del ciclo de cine nacional gratuito en La Balear, producido por María Virginia Ameztoy y organizado por Baires Popular donde se proyectó “Luna de Avellaneda” ante una concurrencia de alrededor de 150 personas.
El final de esa semana traería la sorpresa envuelta de blanco. El lunes 9 de julio, en San Juan y Boedo, Manzi estaría presente en otra nevada. El amplio salón de la esquina que lleva su nombre cobijaba –nunca mejor dicho ante el frío polar de la calle– al vecindario que despedía a la 4ª Semana de Boedo con la presencia de Cerda Negra y Fervor de Buenos Ayres en el escenario.
Un par de años más tarde –2009–, la gripe de la extraña sigla (H1N1) empujaría a las celebraciones del barrio por el cumple de Marianito Boedo –25 de julio– hacia una más benévola primavera, contando con la comprensión de nuestro prócer de cabecera.
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