Museo del Che en el medio de Caballito
Se lo conoce como el Primer Museo Sudamericano en homenaje y memoria a Ernesto “Che” Guevara, pero en realidad es un mercado de pulgas con fotografías, numismática, filatelia, esculturas varias, revistas, discos, todo mezclado con memorabilia del Comandante. A cargo del espacio se encuentra Eladio “Toto” González.
El museo está oculto tras una plaga de organismos antiguos que no dejan espacio para casi nada. Huellas del pasado indican la entrada con estatuas bronceadas que se ven aquí y allá. Hay cacharros, muñecos, revistas, vinilos, repuestos de cualquier cosa.
Casi en la puerta hay una estatua del Che tamaño hiperrealista. Un poco lejos de la épica, este Guevara de habano entre los dientes parece observar un horizonte de lámparas muy lindas que valen alrededor de 400 pesos. Todo se vende menos la memorabilia alusiva al Che. Lo que está en la vitrina es parte de una colección que supo funcionar como “museo-museo” frente a la cancha de Ferro. Eso ocurrió hasta el 2001 y cerró como cerraba todo por la crisis. Hay fotos valiosas, como una donde se ve a Alberto Granado, el amigo de los diarios de viaje junto al Che. Hay un par de charreteras cosidas a mano de una de las columnas revolucionarias. Un cartel manuscrito anuncia que sí se venden copias del intercambio epistolar entre Ernesto Sabato y el Che.
La carta de Sabato está fechada en febrero de 1960. “La revolución cubana fue saludada con alborozo por la oligarquía”, escribió Sabato. “Veía en ella la continuación o equivalente de la Revolución de 1955 contra el peronismo. El uso abstracto y equívoco de palabras como ‘libertad’ o ‘tiranía’ dio este resultado paradojal (…) como consecuencia del hecho, la inmensa mayoría del pueblo trabajador tomó posición contra ustedes. Puede leerse en barrios obreros del Gran Buenos Aires carteles que dicen ‘Viva Perón, muera Fidel Castro’.”
El museo está ubicado en Rojas 129, Primera Junta, en el corazón de Caballito.
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