Medio siglo de lucha por la plaza
A 50 años del comienzo. Por Mario Bellocchio
El pasado 18 de junio se cumplieron 50 años desde que se produjo el primer esfuerzo, registrado en actas, para destinar a espacio verde de uso público el predio de la vieja Estación Vail. Recomendación asentada en el expediente 64.087/970 que expone: “La Dirección del Plan Regulador y la Dirección de Arquitectura y Urbanismo (de la entonces Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires) desaconsejan la implementación de una industria en el predio y propician la expropiación de la manzana para destinarla a espacio verde para uso público”. 18-6-1971.
En ese medio siglo los tozudos pobladores de Boedo no cejaron en su intento de la conquista del verde vital. Desde las primeras comisiones vecinales que fueron entregando la posta a instituciones y grupos sociales que mantuvieron vivo el anhelo, hasta las 2350 firmas conseguidas por un importante número de instituciones y agrupaciones del Boedo actual con la destacada participación de la Asociación Civil Cultural Ambiental Todos por la Plaza de Boedo (Personería Jurídica IGJ Nº 1.811.107) la lucha fue pertinaz. Reconoce esfuerzos de todo calibre; algunos administrativos, otros impulsores, difusores, generadores de vínculos… Hasta el de aquellos que por carencia de otras potencialidades sólo atinaron al aliento sincero y estamparon su firma junto a su deseo de concreción del petitorio. Todos aportaron su esfuerzo para que el anhelo llegara al recinto de la Legislatura con un importantísimo aval. Debemos estar orgullosos de haber sido convincentes sobre la necesidad de un espacio verde para un barrio casi totalmente carente de él. Y a tal punto fue bien fundamentado que de los 53 diputados presentes en la primera votación, sólo dos se opusieron a la declaración “de utilidad pública y sujeto a expropiación del predio conocido como Estación Vail”, comprendido por Carlos Calvo, Sánchez de Loria, Estados Unidos y el límite de la franja de propiedad privada ubicado sobre Virrey Liniers.
La plaza ya cumplió diez años de presencia. Algunos rieles vigentes como tales en épocas de Vail hoy ofician de columnas, ignorados de su glorioso pasado tranviario por falta de indicadores de su mérito histórico. Y aun quedaría, señores del Rotary y de la Junta, tan proclives a homenajear bronces y cortar cintas para salir en la foto, que alguna vez, cuando menos, se ocuparan de inaugurar un homenaje hecho placa que honrara estos 50 años de lucha popular solidaria. No estaría mal que dijera “Espacio público conseguido por el esfuerzo del pueblo del barrio de Boedo”.