La “Superluna”, o cómo fabricar una noticia
Por Mario Bellocchio
La Luna, tan esférica como la pelota, tuvo que salir del banco de suplentes ante la ausencia de la titular tan maltratada por la Afa y la Selección.
Resulta ser que los complejos tecnicismos de la astronomía relativos a las órbitas planetarias, los apogeos y los perigeos, pasan, por obra y gracia de una orden de producción a caer en manos de cronistas aficionados –o profesionales– con mayor o menor conocimiento del asunto y necesidad de revestirlo de vulgar interés para que su puesta en escena no resulte un fiasco a la hora de medir los numeritos anglófilamente bautizados raiting, exacerbados hasta el delirio con la incorporación tecnológica del “minuto a minuto”.
La luna se vio igual que siempre, algo filtrada por un halo ambiental. Su mayor tamaño, algo imperceptible para la observación carente de comparación, solo fue mayor para quien quiso verlo mayor, y su luminosidad, afectada por decenas de circunstancias ajenas al fenómeno orbital del satélite, no se pudo constatar con la mirada directa.
Pese a todas esas circunstancias la luna fue ayer título de tapa, motivo de conversación de eruditos e ignorantes con pretensiones de perito y, sobre todo, noticia convertida en relevante en un domingo carente de su principal proveedor de ocio cerebral finsemanero llamado fútbol. La Luna, tan esférica como la pelota, tuvo que salir del banco de suplentes ante la ausencia de la titular tan maltratada por la Afa y la Selección.
Y cumplió su papel. Tanto que aun hoy –y este artículo lo corrobora de alguna forma– está vigente en los comentarios: “Más grande y brillante, la luna tuvo su noche y se disfrutó en todo el mundo”, tituló Clarín respondiendo, de algún modo a la convocatoria que el día domingo formulara La Nación: “Superluna 2016 en Argentina: ¿a qué hora se verá la luna llena gigante?” –con la imprescindible aclaratoria de que: “El satélite natural se acercará mucho más a la Tierra de lo que es habitual”.
Aunque para tener algún grado de sinceramiento sobre esta “nonoticia” hay que recurrir a Diario Registrado que luego de magnificar en su principal titular:
“La del domingo fue una noche única con la ‘Súper Luna’, más grande y brillante” –agregando, “El fenómeno que no se observará hasta el 2034 permitió este domingo disfrutar al satélite terrestre de una manera muy diferente a la habitual”, apeló en los últimos tres renglones al recurso explicativo de tanto ditirambo: “De todos modos, la luna de este domingo por la noche fue un 14 por ciento más grande y un 30 por ciento más brillante que lo habitual, aspectos que aunque fueron casi imperceptibles para el ojo humano hicieron de esta una noche única”(1). Faltó decir que sólo el bateparche mediático hizo que estos “aspectos casi imperceptibles para el ojo humano” transformaran una noche cualunque en “una noche única”.
Hubo persuadidos mediáticos que vieron una “luna descomunal” y que fueron corriendo a colocarse anteojos ahumados ante su “brillo cegador”.
Hace un año ya, estos mismos medios convencían al 51% sobre las bondades de los globitos amarillos. Y el 51% compró los tarifazos, la devaluación, la inflación disparada, la desocupación, la pérdida del poder adquisitivo del salario, el robo a los jubilados disfrazado de “reparación histórica”, los papelones internacionales y…, siguen las firmas.
Hecho este elemental análisis queda claro por qué la noticia del domingo y lunes fue/es la “Superluna”.
(1) De la Redacción de Diario Registrado / Lunes 14 de noviembre de 2016
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