La Pachamama urbana
Por Mario Bellocchio |
El sábado 20 se volvió a concretar –como anualmente sucede en agosto– una nueva convocatoria de la celebración de la festividad de la Pachamama, en nuestro país, un rito milenario del noroeste argentino.
La Asociación Civil Cultural Ambiental Todos por la Plaza de Boedo a través de su Ecomuseo Participativo Barrial se constituyó con el propósito de asumir la lucha, hasta su concreción, por el terreno que hoy es la Plaza Mariano Boedo, en tiempos en que el barrio carecía de su espacio verde vital. Una vez conseguido este objetivo básico, sus actividades se reubicaron prestando especial atención a las problemáticas ambientales, especialmente en lo que se refiere a la vida cotidiana.
Señala Eugenio Zaffaroni: “Con la Pachamama se dialoga permanentemente, no tiene ubicación espacial, está en todos lados, no hay un templo en el que vive, no tiene morada porque es la vida misma”.
“Esta fuerza es la Pacha, que es todo el cosmos y también es todo el tiempo”.
“No somos algo externo ni huéspedes de la Gaia (1), sino parte de ella”.
“Nosotros no vivimos sobre la tierra, nosotros somos la tierra, parte de la tierra”. (2)
Dice el preámbulo de la Constitución de Ecuador: “Celebrando a la naturaleza, a la Pachamama de la que somos parte y que es vital para nuestra existencia.
Se debe construir una nueva forma de convivencia ciudadana, en diversidad y armonía con la naturaleza, para alcanzar el buen vivir, el ‘Sumak Kawsay’, expresión quechua que significa ‘buen vivir’”. (3)
Y la Constitución Boliviana sostiene que: “Cumpliendo el mandato de nuestros pueblos, con la fortaleza de nuestra Pachamama y gracias a Dios, refundamos Bolivia. Las personas tienen derecho a un ambiente saludable, protegido y equilibrado. El ejercicio de este derecho debe permitir a los individuos y colectividades de las presentes y futuras generaciones, además de a otros seres vivos, desarrollarse de manera normal y permanente”. (4)
Mientras tanto, los integrantes de una modesta y luchadora agrupación vecinal boedense, Todos por la Plaza, señalan que: “Con la celebración de la Pacha Mama, como se lleva a cabo en esta época en el noroeste argentino y en otros países latinoamericanos, tratamos de volver a reubicarnos como especie humana dentro de un equilibrio de las condiciones del planeta, en constante amenaza”.
Se sabe que en la celebración originaria participan las comunidades en pleno. El entorno puneño lo dan los cerros, sus habitantes y sus animales. Se ofrendan a la Pachamama bebidas y comidas típicas: la chicha, el charqui, las papas andinas, entre otros alimentos, que se le convidan la tierra.
Pero la Madre Tierra está también presente en las ciudades, donde el entorno son los edificios y los alimentos son otros y, sin embargo, habitamos sobre nuestra Pachamama de ciudad, nos da sus frutos, la sombra y el imprescindible oxígeno urbano de los árboles de sus calles y parques…
Los vecinos de Todos por la Plaza, desde su barrio de Boedo, también celebran el mes de la Pachamama y hacen su rito, igualmente alegre, agradecido y respetuoso, en un entorno de adoquines, asfalto y cemento; con los canteros de la Plaza, tan arduamente conseguida, ofertando su verde.
(1) Según la hipótesis Gaia, la atmósfera y la parte superficial del planeta Tierra se comportan como un todo coherente donde la vida, su componente característico, se encarga de autorregular sus condiciones esenciales tales como la temperatura, composición química y salinidad en el caso de los océanos.
(2) Del libro “La Pachamama y lo humano”, de Eugenio Raúl Zaffaroni.
(3) Preámbulo de la Constitución de la República de Ecuador de 2008.
(4) De la Constitución Política del estado Boliviano sometida a voto popular en 2009.
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