A la final, San Lorenzo
Por Horacio Cafferata |
Del modo más imprevisto San Lorenzo logró su pase a la final del Torneo, contra Lanús, el líder de la otra zona, el próximo fin de semana. El Ciclón empató, pero el Tomba perdió dejando el punto que lo llevó a la ruina.
En el primer tiempo Banfield tomó las riendas del asunto haciéndose cargo del medio campo donde descolló Ervitti –no hay peor astilla…–, y los piques de Simeone eran inalcanzables hasta para Buffarini. Cerutti volvía loca a toda la defensa albiverde pero no lograba conectar el pase-gol preciso. En cambio Ervitti sí supo servirle al pelado Silva la pelota para su gol, de manera que los pocos minutos que se disfrutaron con el gol sanjuanino quedaron en la nada con este baldazo.
La actitud de San Lorenzo fue cerebral, sin desesperación, sabedor de su potencia. Recobró la pelota de manera que después de su gol los ataques de Banfield pasaron a ser poco y nada y de contragolpe sin la peligrosidad demostrada en el comienzo. Hubo buen trato de pelota en el medio, buena recuperación y profundidad por parte del Ciclón, pero sin contundencia. Cuando se venía el cierre del primer tiempo y la cosa seguía cero-uno y afuera de la final, los muchachos apretaron el acelerador más aún y llegó el golazo de Blanco que, desmufado de tanto yerro frente a los arcos rivales, logró desmarcarse en una recepción de ángulo cerrado y puntearla al ángulo. Otra vez un punto más que Mendoza, y a la final.
El segundo tiempo arrancó con San Lorenzo enchufadísimo y una pronta lesión de Ortigoza, a los 4 minutos, que requirió cambio. Entró el Pitu Barrientos que tuvo un buen desempeño y fue gestor y comando junto a Belluschi. Banfield, que no jugaba por nada, salvo que hubiera un hipotético incentivo, se retrasó y apeló al contragolpe vía el Cholito Simeone, imparable, sobre todo para el ala izquierda suplente de la defensa santa, donde Franco perdió más de las que ganó y las acertadas proyecciones del pibe Montoya dejaban huecos sensibles. El dominio fue abrumador pero, entre los aciertos de la defensa del Taladro y la falta de puntada final propia –sin desechar algo de suerte– terminaron por sellar el empate. A los 22’ Cauteruccio reemplazó a Blandi y a los 38’ Matos a Blanco. A los 3 minutos de descuento Patricio Loustau dijo que en el Bidegain era empate y todo el mundo se quedó, radios en mano esperando el resultado de San Juan que, en esos momentos, ganaba 1 a 0 con el Tomba “a la carga Barracas”, arquero incluido. Cinco minutos después, en pleno descuento sanjuanino, la ausencia de arquero le costaría el responso a Godoy Cruz: un rechazo bombeado de la pertinaz defensa sanjuanina, lo tomó Montagna y convirtió con el arco libre. Delirio en las dos canchas. San Martín liquidando el clásico y San Lorenzo obteniendo el pase a la final de la forma más impensada. Su propio empate fue un punto mayor que el cero de Godoy Cruz perdiendo.
Remedando una histórica final en 1968 que los “Matadores” ganaron en el Monumental a Estudiantes de la Plata por 2 a 1, ésta con Lanús también se jugará en Núñez en horario a determinar.
La lesión de Ortigoza: el Gordo sintió un tirón al comienzo del segundo tiempo y fue retirado por precaución. En San Lorenzo esperan ansiosamente los estudios para saber si llega para la final del domingo.
Mientras tanto otra celebración era la de la clasificación a la Libertadores del 2017.
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