La crisis ladea dos coronas gastronómicas boedenses
Permanecen cerrados luego de sus ventas y hasta tanto se lleven a cabo sus respectivas reformas el “Trianón” y “La Turuleca”.
De aquella larga trayectoria del Trianón cuyos orígenes se sitúan en la esquina de Boedo y San Ignacio allá por 1940 quedan, luego de cuarenta años de permanencia en ese lugar, una breve excursión por el pasaje San Ignacio y otro largo periplo en su actual local de Boedo 845. De esa última estadía la convivencia en zona gastronómica parecía haberlo afectado últimamente y se advertía una notoria disminución de su clientela de la mano de la precaria economía que sobrellevamos los porteños. Algo hacía presagiar un cambio de rumbo que se produjo a fines de mayo con el cierre, la consabida pintada de sus vidrieras y –la novedad– la invitación a los padres al nuevo restorán –el 16 de junio se celebra el “Día del padre”– de manera que los nuevos dueños piensan tener el local en actividad para esa fecha. Pudo saberse que la continuidad estará en manos de los propietarios de otro restorán de la zona que ya lleva años de fructífera actividad, el “Pugliese”, que permanecería simultáneamente con el nuevo emprendimiento de nombre aún incierto ya que el desmantelamiento de todo lo que sea “marca” del viejo Trianón hace suponer que el “fondo de comercio” no fue parte de la operación.
Chau Trianón, gracias por los servicios y los recuerdos prestados, bienvenido ¿Pugliese II?
De “La Turuleca” se cuenta con menos historia. Mudado de su original Pedro Goyena al 500 se estableció en la década de 2010 con la reforma y adaptación del amplio local que fuera del Bazar Dos Mundos –planta baja, primer piso y sótano– de Boedo 700 esq. Independencia donde “La Turuleca” estableció su nido apuntando hacia una masividad en la que, a nuestro entender, no logró ensamblar con otras virtudes culinarias que lucía en su viejo origen. Lo cierto es que últimamente languidecía en carencias que no se remediaban y culminó vendiendo a los propietarios de un fallido intento boedense: el regreso del bar “El Japonés” a Boedo 873, quienes anuncian en carteles “a dedo” sobre las pintadas de los vidrios que dan a Boedo e Independencia la llegada de la parrilla y restorán “Dante”.
Chau Turuleca, gracias por los servicios prestados, bienvenido nuevo “Dante”.