Independencia para todos
Por Mario Bellocchio |
…reservistas de plomo, / a mano pintados, / con morriones colorados / que eran toda una delicia / para mi mente infantil… *
Como hace dieciséis años…
Otra vez –desde 2000 que no sucedía– los soldaditos “de verdad” desfilando por la “rancia” Avenida Del Libertador –¡Qué ocasión perdida para utilizar la “9 de julio”!–, una “curita” para el viejo raspón infantil de Víctor Heredia…
La presencia popular en una linda jornada con su atractivo familiar tan connotado con los brillos del espectáculo y los ritmos de las marchas. La intención, si es que la hubo, de que todos estuvieran presentes en la celebración, tropezó, sin embargo, con algunas incursiones no deseadas, si de independencia se trata.
No podía estar ausente ante tamaña ocasión la certera palabra de nuestro primer mandatario interpretando hechos históricos que no vio ni en las figuritas del libro gordo de Petete, dirigidas genuflexamente a su ex majestad: “Los próceres debían sentir angustia, querido rey, al separarse de España”, patente la necesidad de que Zamba retorne y desasne.
Las celebraciones desplegadas en todo el país tuvieron, sin embargo, en cuanto a su magnitud artística, su apoteosis en el inmenso palco contiguo al teatro Colón. Allí el espectáculo se ofreció a la admiración popular de quienes se resignaran a ser cooptados por una pulsera identificatoria al estilo “boliche bailable”, no vaya a ser que algún “negro de mierda” enarbolara algún cartelito reclamando por el aumento del gas. Precauciones mediante, no apareció ningún “desubicado” y todo tuvo su lucimiento adecuado.
Pasó el Bicentenario. Hemos vuelto a la cotidianidad. “Si están en sus casas en remera y en patas, es porque están consumiendo energía de más”. “Les quiero decir que vamos por el camino correcto, que cada día estoy más convencido que vamos rumbo a un futuro increíble…” Profunda reflexión –quizá la única de ese tenor que se le oyó decir al mandatario en estos días–, el futuro increíble que se nos ha construido, a nuestro pesar, en tan sólo seis meses…
“Tristeza nao tem fim, felicidade, sim.”
…¿qué nos pasó, cómo ha pasado?
¿Qué traidor nos ha robado
la ilusión del corazón? *
(*) “Aquellos soldaditos de plomo” (Víctor Heredia)