¿Hasta cuándo seguiremos padeciendo a Edenor y Edesur?
Desde el día de ayer miércoles 11, cuando la temperatura reventaba termómetros, los porteños volvimos a padecer uno de los cortes de energía que, según las distribuidoras, iban a ser solo un recuerdo cuando se “adecuaran” las tarifas. Por Mario Bellocchio
Lo cierto es que el área metropolitana en torno a la Ciudad Autónoma abastecida por Edenor y Edesur sufrió un abrupto corte de servicio que tuvo picos de 90 mil usuarios afectados en las primeras horas de la tarde de ayer. Y el Boedo/Almagro que rodea la zona de Independencia esquina Boedo volvió a ser el sector elegido como eje del sacrificio energético. Edesur informó oficialmente que el gran apagón inicial no estuvo vinculado a las altas temperaturas sino a un cable de alta tensión de la subestación ubicada en Azopardo y Pozos (Sic) cuyo origen todavía no pudieron establecer y que al pretender compensar la falla con otros ramales se produjeron caídas encadenadas.
Boedo sufrió este corte con una intensidad que incluyó la momentánea caída de servicio de la línea E de subterráneos que estuvo un par de horas fuera de servicio por esa razón.
En el día de hoy jueves 12 –lluvia y alivio térmico mediante– a las 11 de la mañana, las empresas informaban oficialmente la restitución de los servicios de la zona de Boedo al 900 aun cuando persistían algunos focos de falta de suministro.
La información oficial de Edesur –a esa hora– daba cuenta en su detalle que aun faltaba el retorno a la normalidad de 2639 usuarios domiciliarios porteños según el siguiente detalle: de Barracas 12, Boedo 1, Flores 5, Liniers 44, Mataderos 8, Nueva Pompeya 50, Parque Chacabuco 1965, Parque Patricios 7, Recoleta 120, San Cristóbal 17, San Nicolás 12, San Telmo78, Vélez Sarsfield 9, Villa Crespo 30, Villa Devoto 84, Villa Lugano 5 y Villa Soldati 152.
Mientras que Edenor –siempre con respecto a la zona urbana porteña– daba cuenta de unos escasos hogares sin suministro (83) distribuidos en los siguientes barrios: La Paternal 16, Palermo 43, Recoleta 13 y Saavedra 11.
La estimación oficial de retorno a la normalidad resultaba absolutamente imprecisa dada la disimilitud de los orígenes de la falla y la impresión general de los usuarios –encabezados por los pacientes y sacrificados boedo/almagrenses– es que se siguen barriendo bajo la alfombra los problemas que acarrean las temperaturas en cuanto a la resistencia de instalaciones que permanecen en deplorable estado o en incorrecto mantenimiento.
El interrogante pasa por saber, quizá, de quién van a depender las prestadoras de servicios en esta nueva etapa gubernativa y qué exigencia se les va a plantear en cuanto a su servicio.