EVA, Era de los Virus Asesinos.
EVA, Era de los Virus Asesinos. Por José Muchnik. DESDE PARIS. Noviembre 2020
- CRÓNICAS POÉTICAS DEL TERCER MILENIO
- Muestrario de hechos verídicos, otra mirada sobre los tiempos presentes para los habitantes del futuro.
Todo indica que estamos en presencia de una oleada de pandemias que desembarcan y se superponen, se trata de zoonosis, enfermedades provocadas por virus que se transmiten de animales a humanos, que también son animales aunque un poco más destructivos. La hipótesis más probable es que el actual Corona Virus fue transmitido en China por murciélagos o pangolines a los humanos. Recordemos que el SIDA, originado por la mutación / transmisión de un virus del chimpancé al hombre, en el curso del siglo XX, sigue provocando, a nivel mundial, setecientas mil muertes por año (ya ha provocado cerca de 33 millones desde el comienza de la pandemia en 1980. (https://www.unaids.org/fr/resources/fact-sheet). Dengue, zika, chikungunya, gripe aviaria, gripe porcina… la ola de pandemias continúa. Último momento: como si estuviesen al tanto de la redacción de esta crónica, acaban de anunciar el desembarco en China del “norovirus”, provoca fuertes diarreas, vómitos, fiebre…, puede ser mortal en grupos de riesgo (https://www.pagina12.com.ar/310141-alerta-mundial-por-un-brote-de-norovirus-en-china)
¿Naturaleza nos está dando una gran lección? Parecería ser que la deforestación, la urbanización acelerada, la cría intensiva de animales, el tráfico de especies salvajes, el cambio climático, la pérdida de biodiversidad…, tienen y tendrán impacto en el desarrollo de esta oleada de pandemias. Un ejemplo sencillo para que se entienda: ¿Qué pasa cuando desmontan una selva en el Amazonas, en el Congo o en Indonesia? Una selva que durante cientos de años se mantuvo al margen del “desarrollo”. ¿Pueden imaginarse millones de virus que se diseminan sin pedir permiso? ¿Miles de animales que buscarán otros lugares para vivir al destruirse su hábitat tradicional? Como si demolieran el altillo de un viejo caserón deshabitado, kilos de polvo y millones de virus estarán felices de buscar nuevas aventuras.
Por eso lamento informarles a mis contemporáneos que la vacuna contra el COVID no será una varita mágica, sólo un parche en espera de la próxima pandemia. No queda otra alternativa, los cimientos del edificio resquebrajados debemos cambiarlos, si queremos evitar un derrumbe estrepitoso. Se trata de desmontar un modelo de desarrollo y crecimiento basado en el sometimiento / destrucción de la naturaleza, un sistema que sacrifica a la rentabilidad financiera la calidad de vida de los habitantes del planeta. Para saber qué cambio es necesario llamemos a las cosas por su nombre, no se trata de una oposición entre “neoliberalismo” y “estatismo”, de saber si la destrucción del mundo será llevada a cabo por una multinacional privada “capitalista” o por un empresa estatal “comunista”. ¿Acaso las compañías mineras chinas respetaron más la naturaleza en Zambia que las mineras yanquis o canadienses en Bolivia o Argentina? Estamos viviendo un cambio de época trascendental, debemos superar el “destructivismo”, de un “Modelo Mortal” pasar a un “Modelo Vital”. No destruyen sólo selvas, mares, ríos, aire…, con el modelo “destructivista” nos estamos destruyendo a nosotros mismos, pruebas a la vista.
También se resquebrajó la religiosidad científica, la idea de que la ciencia todo puede conocerlo, todo puede controlarlo. En realidad sobre el Corona Virus y la vacuna no sabemos gran cosa ¿Cuánto tiempo nos inmunizará? ¿Habrá que aplicarla cada año? ¿Cuáles serán sus “efectos secundarios”? ¿Mutará el virus? ¿Cuál será la próxima pandemia?… La sensación es rara, un aire cargado de temores se va diseminando, pasos extraños, calles vacías, dudas invaden mentes como algas. Virus existieron a lo largo de toda la historia; la llamada gripe española (1918-1919) mató entre 40 y 50 millones de personas en un año, con la diferencia de que entonces en vez de confinarse organizaban procesiones para pedirle a Dios su clemencia, no obtuvieron la clemencia divina, favorecieron el contagio.
Para abordar la época de incertidumbre que se abre debemos organizar antes de que sea tarde una alternativa “vitalista”, poner el foco en la Vida, en la solidaridad entre los humanos, en sus relaciones con la naturaleza y otras especies con las que cohabitamos en este planeta. El cambio no será sencillo, implica valores éticos y existenciales, prácticas de consumo y cambios tecnológicos…, el cambio llevará mucho tiempo pero algún día habrá que comenzar. Entender que el virus (del latín virus: jugo / baba / veneno) no es sólo biológico, las babas venenosas se desarrollan en todos los terrenos…, virus económicos, sociales, políticos, ideológicos… Debemos construir una visión compleja, integral, que no aísle lo económico de lo humano, lo cultural de lo técnico, lo material de lo espiritual, lo útil de lo bello…, una visión que deje al desnudo la creencia en la rentabilidad financiera como motor del desarrollo humano, una visión con la que no busquemos ser millonarios sino sabios, que la mano amiga, la sonrisa de un niño, valgan más que un puesto en la lista Forbes de las grandes fortunas. Todo tiene que ver con todo, para combatir el Corona Virus eficazmente, debemos hacerlo integralmente, combatiendo todos los virus / venenos que nos enferman.
Hago una pausa, contemplo algunas fotos del año pasado, fiesta de fin de año 2019, abrazándonos, revolcados, entrelazados con burbujas de champán ¡Parece hace tanto tiempo! Una mezcla de tristeza y de nostalgia me invaden. Quisiera volver a esa foto y ya no puedo, doce meses se hicieron pasado lejano, el futuro permanece bajo la niebla. Entrar en resistencia poética, preparar el contraataque, desplegar el presente, hacer de cada instante un bandoneón, irrigar esquinas con compases luminosos, hacer de cada minuto una ilusión, pintarla con colores vitales, colores que abran luces en las plazas, sombras en los bares para charlar en calma, hacer de cada día una nave, explorar las fronteras del deseo, cruzar trópicos prohibidos las noches de luna llena… Para rehacer las fundaciones, para pasar del “Modelo Mortal”, al “Modelo Vital”, en vez de dólares y hormigón habrá que emplear poesía y humanidad, el nuevo edificio no tendrá losas ni muros, hacia el cielo elevaremos alas y ventanas, vuelos y transparencias, abolición de jaulas, hermandad de aves.
No es con ojivas nucleares que podremos resistir en la Era de los Virus Asesinos, es con poesía y amor, con solidaridad y fraternidad, sin odios ni racismos, entendiendo que somos parte de la naturaleza, no los dueños de la misma, entendiendo algo muy sencillo: o nos salvamos todos o no se salva nadie. Los habitantes del futuro saben que el objetivo de estas crónicas es dejar un testimonio de esta época convulsionada que nos tocó vivir, ellos, con distancia, tal vez puedan entender qué está pasando. En general me abstengo de dar consejos a los habitantes del presente, la situación es crítica, disculpen el atrevimiento.