En 10 mil años el pan dejó de ser “sano”
El herbicida más vendido del mundo –el glifosato– sería el “culpable” del crecimiento global de la celiaquía, de la intolerancia al gluten y del síndrome del intestino irritable
Según el reciente estudio norteamericano, cuyos detalles han sido publicados por el Dr. Anthony Samsel y por el Dr. Stephanie Seneff, el aumento de la enfermedad coincide con el aumento del empleo del herbicida glifosato del que la marca Roundup de Monsanto casi monopoliza su producción.
El documento fue publicado en el Journal of Interdisciplinary Toxicology, periódico de Toxicología Interdisciplinaria.
Los investigadores dicen, basándose en sus descubrimientos, que en Norte América y en Europa occidental una persona de cada veinte padece de celiaquía (1), que es esencialmente intolerancia al gluten.
Los investigadores afirman en su artículo que “La intolerancia al gluten es una creciente epidemia en los Estados Unidos y, cada vez más, en todo el mundo”.
“Todos los conocidos efectos biológicos del glifosato: inhibición del citocromo P450, interrupción de la síntesis de ácidos aromáticos aminoácidos, quelación (secuestro) de metales de transición y acción antibacteriana, contribuyen al surgimiento de la patología de la enfermedad celíaca”, afirma el documento.
La difusión de “ancho rayo” de cultivos genéticamente modificados llamada Roundup Ready ha convertido al Roundup de Monsanto en el número uno del mercado de los herbicidas. Según este reciente estudio, su mayor empleo ha generado estas consecuencias.
La celiaquía es una enfermedad digestiva que perjudica el intestino delgado e interfiere con la absorción de los nutrientes de la comida. Las personas que tienen celiaquía no pueden tolerar el gluten, una proteína presente en el trigo, en el centeno, en la cebada y en otros cereales. El gluten se encuentra principalmente en los alimentos, pero se puede encontrar también en productos de uso cotidiano como fármacos, vitaminas y cremas para labios.
Cuando las personas que padecen de esta enfermedad comen los alimentos que contienen gluten, su sistema inmunitario responde destruyendo o perjudicando las vellosidades, los pequeños salientes parecidos a fibras que revisten el intestino delgado. Normalmente, estas vellosidades permiten a los nutrientes de los alimentos ser absorbidos por las paredes del intestino para incorporarse al organismo.
Pero sin vellosidades sanas, los celíacos pueden volverse malnutridos, independientemente de la cantidad de comida que consuman.
La presunta solución de consumir productos para celíacos –libres de gluten– debería ampliarse, por lo visto, a un interrogante mayor: ¿no tendría mayor proyección hablar de “libres de glifosato”?
“No sólo de pan vive el hombre” pasará a la historia como un refrán que perdió vigencia en 10000 años (2).
Fuente: http://elcaminodesalida.com
(1). Reacción inmunológica ante la ingesta de gluten, una proteína presente en el trigo, la cebada y el centeno. Con el tiempo, la reacción inmunológica al ingerir gluten genera una inflamación que daña el revestimiento del intestino delgado y produce complicaciones médicas. También dificulta la absorción de algunos nutrientes (malabsorción). El síntoma típico es la diarrea. Otros síntomas incluyen distensión abdominal, fatiga, niveles bajos de hemoglobina (anemia) y osteoporosis. Muchas personas no presentan síntomas. El tratamiento principal consiste en una dieta estricta libre de gluten que pueda controlar los síntomas y promover la curación del intestino.
(2). “El pan acompaña a la alimentación de la humanidad desde 8000 a. C”. Harvey Lang, Jenifer (2001). Prosper Montagné, ed. Larousse Gastronomique (en inglés) (tercera (inglesa) edición). Clarkson Potter.
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