El Eternauta, un héroe colectivo
“El héroe verdadero de El Eternauta es un héroe colectivo, un grupo humano. Refleja así, aunque sin intención previa, mi sentir íntimo: el único héroe válido es el héroe ‘en grupo’, nunca el héroe individual, el héroe solo”. (Héctor Germán Oesterheld)
Por Fernando Del Corro
El 4 de septiembre de 1957, 62 años atrás, hacia finales de la dictadura de Pedro Eugenio Aramburu, vio la luz “El Eternauta”, la obra cumbre del género de la historieta en la Argentina y una de las más notables en el mundo de habla castellana. Un verdadero ícono vigente a través de sucesivas reediciones, incluida una en inglés, en 2015 en los Estados Unidos de Norteamérica, bajo el nombre de “The Eternaut”. Una edición de “Fantagraphics Books”, que logró tres nominaciones para los “Premios Eisner” y fue triunfadora en la categoría “Mejor colección o proyecto de archivo de tiras de prensa”.
A lo largo de la trama se narra una invasión alienígena al planeta Tierra que llega a la actual Ciudad Autónoma de Buenos Aires y alrededores donde extermina a buena parte de su población a través de una tormenta de nieve tóxica.
Fue su protagonista Juan Salvo, el “Eternauta”, quién va narrando la historia al mismo Oesterheld. Éste, al prologar la primera edición del libro que recopila la historieta, dio un claro contenido a su obra al señalar que “El héroe verdadero de El Eternauta es un héroe colectivo, un grupo humano. Refleja así, aunque sin intención previa, mi sentir íntimo: el único héroe válido es el héroe ‘en grupo’, nunca el héroe individual, el héroe solo”. Una reflexión para todos los tiempos que merece ser tenida en cuenta.
Cabe señalar al respecto que Alberto Breccia, que había nacido en Montevideo y desarrollado su labor en la Argentina, en 1968 había, también con su hijo, dibujado la historieta sobre la “Vida del Che”; en 1989 fue galardonado con el “Premio Amnesty” en la categoría de mejor libro a favor de los derechos humanos por su obra “Perramus”, con guión de Juan Sasturain, presentada en 1983, acerca del auto denominado “Proceso de Reorganización Nacional”.
Para presentar imágenes adecuadas al relato contó Enrique Breccia que para recrear el clima perturbador “antes de iniciar el trabajo tomé una cantidad de fotografías de las calles de Vicente López, la cancha de River y el puente sobre la Avenida Maipú, ambos vistos desde diferentes ángulos. Las fotos del barrio nunca fueron usadas pero sí las del puente y las del Monumental”. Precisamente la cancha de River aparece como centro de operaciones del ejército donde se desarrollaron varios combates.
“De mi mano es la primera corporización del Eternauta en la silla frente al escritor, las calles nevadas con autos abandonados, cables caídos y muertos, los monstruos y el lanzarrayos, la cancha de River y el cielo con imágenes alucinadas, los tanques y vehículos militares, la infantería invasora, etcétera. Todo hecho sin ahorrar plastilina, que aplicaba directamente con el gotero del recipiente y después esperaba que se endureciera al secarse, una vez seca, sobre las líneas en relieve pasaba una mano de alquitrán diluído o tinta mezclados con detergente, que servía para separar el líquido en grumos, dando un particular efecto de atmósfera turbia. Para los copos usamos el culo chato de un lápiz mojado en témpera blanca”, contó el afamado dibujante.
La historieta inicial concluye en 1959 pero sus actores, tras presumir una victoria final, se vieron envueltos en una visión que muestra un nuevo ataque en 1963 por lo que se preparan para el mismo. Y nuevas versiones, ya con otros guionistas y dibujantes, editadas hasta 2010, siguieron agregando temas al relato de hondo contenido popular. En tanto el tema mereció gran difusión por diferentes vías que incluyen medios periodísticos, el personaje del “Nestornauta” en alusión al ex presidente Néstor Kirchner y la organización “Oesterheld” que reúne a numerosísimos asistentes a sus comidas.