El “educador”
Tras la presunta preocupación del jefe de Gobierno por la presencialidad como esencia de la educación, se oculta –un poquito nomás– la campaña “cuanto peor mejor” de aviesa intencionalidad destituyente. Mario Bellocchio
En un relevamiento realizado por “Tiempo Argentino” tomando las cifras de los presupuestos provinciales oficiales resulta ser que el distrito con mayor presupuesto cuantitativo –la Ciudad Autónoma de Buenos Aires– dedica el menor porcentual del mismo a Educación.
Qué porcentual de su presupuesto total dedican los distritos nacionales a la educación:
Santa Fe | 35,9% |
Chubut | 33,2% |
Santa Cruz | 32,6% |
Stgo. del Estero | 32,2% |
Córdoba | 31,4% |
Corrientes | 31,47% |
San Luis | 31,42% |
Salta | 29,6% |
Río Negro | 29% |
Formosa | 28,61% |
Misiones | 26,60% |
Chaco | 26,40% |
Prov. de Bs. As. | 26,12% |
San Juan | 26% |
Neuquén | 25,8% |
La Pampa | 25% |
Catamarca | 25% |
Tierra del Fuego | 23,72% |
Jujuy | 23,48% |
La Rioja | 22,27% |
Mendoza | 21,07% |
Tucumán | 19,4% |
Entre Rios | 19,15% |
CABA | 17,3% |
¡Qué poco se necesita para una palmaria demostración de la criminal intencionalidad política –pretendidamente educativa– del jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires Horacio Rodríguez Larreta!
Tras su presunta preocupación por la presencialidad como esencia de la educación, se oculta –un poquito nomás– la campaña “cuanto peor mejor” de aviesa intencionalidad destituyente.
Ahora queda claro que su preocupación está lejos de ser “educativa”. Queda igualmente evidente que el cerco mediático-judicial no escatima poner toda la carne al asador y que es impredecible el futuro salubre, social y democrático de la Argentina de no mediar enérgicas medidas políticas antes que vacilantes convocatorias a la comprensión.
Sin embargo, hipócritamente, el jefe de Gobierno, con un énfasis digno de mejor causa, declara que “Vamos a presentar un amparo para que se trate de manera urgente. Tenemos que hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que se garantice la educación de los chicos”, como si la educación de los pibes en graves circunstancias pandémicas que afectan a centenares de miles de personas del entorno de la presencialidad fuera la razón de la subsistencia de la educación infanto-juvenil en tan terribles momentos sanitarios mundiales.
Paradojalmente, ese mismo día, en el Boletín Oficial de la CABA se publicó la paralización de obras en ocho escuelas y jardines de infantes. Son trabajos relacionados con la instalación eléctrica, termomecánica y extensión de la red de agua y de cloacas, imprescindibles para que la presencialidad –”imprescindible” para Larreta– pueda ser llevada a cabo con el menor riesgo posible por niños, docentes, no docentes y centenares de miles de movilizados que en las zonas más carenciadas de la ciudad no pueden transladarse a bordo de sus vehículos sino en el peligroso uso –en estos días– del transporte público.
Los números internos del detalle presupuestario educativo aterran.
El presupuesto para infraestructura escolar fue reducido en un 70% para 2021. Pasó de 3068,7 millones a 1140,4 millones. También se desfinanció el Plan Sarmiento, que garantizaba el acceso a computadoras de estudiantes de escuelas públicas.
Y después de un año de enseñanza por internet, en lugar de reforzar el acceso a las tecnologías, el Gobierno porteño redireccionó partidas para las escuelas privadas. En enero, el Ministerio de Hacienda desvió 370 millones que restaba ejecutar en 2020, de los fondos asignados a ese programa, a la órbita de la Dirección General de Escuelas de Gestión Privada (DGEGP).
Los datos de este informe fueron extraídos de la nota que publicó Tiempo Argentino el domingo 18 de abril de 2021, firmada por Celeste Del Bianco