El diván de Tenembaum
Por Mario Bellocchio
Esta Navidad el psico-periodista Ernesto Tenembaum produjo un diagnóstico devenido nota titulado “Aquello que Leopoldo Moreau y Máximo Kirchner no logran ver de sí mismos. Una explicación psicoanalítica de las sucesivas derrotas del kirchnerismo”1.
En él, y escudándose en la interpretación de un respetado psicoanalista argentino, al que no nombra, pretende endilgarle el presunto “torbellino emocional extremo e innecesario” que sufriría el kirchnerismo a sus “interpretaciones únicas de la realidad”.
Dice Tenembaum: “El análisis político subestima habitualmente las herramientas que la psicología, pese al enorme aporte que estas podrían sumar”.
“Por ejemplo, si un presidente se ríe con una caricatura de Hermenegildo Sabat, solo habrá ocurrido eso: un momento de placer ante un hecho artístico. En cambio, si la interpreta como una amenaza de golpe de Estado, y lo hace con la fuerza de una interpretación fija, puede que insulte a Sabat ante una plaza llena, y termine en un enfrentamiento innecesario con aquellos que defienden la libertad de expresión“.
Prosigue el licenciado sin escatimar elogios a su profesión ni ahorrar criterio docente y autoincluirse en la alabanza:
“Tal vez esa mirada psicológica ayude a entender también las razones del progresivo aislamiento de ese sector político (el kirchnerismo) y del encumbramiento de Mauricio Macri”.
Donde el diagnóstico suena al unísono, sospechosamente, con la palabra oficial…
Según Tenembaum “La interpretación única que alcanza para explicar casi toda la realidad para la dirigencia kirchnerista se puede resumir en la idea de que en la Argentina, al menos desde 2008, se desarrolla una guerra entre el bien y el mal”. “El mal está representado por la dictadura militar y sus retoños: Mauricio Macri (‘vos sos la Dictadura’), el multimedio Clarín (cómplice de la Dictadura) y los grupos económicos concentrados (la pata civil de la dictadura ‘cívico militar’). El bien, obviamente, está expresado por el kirchnerismo, el pueblo, algunos aliados”.
Crítica a la interpretación única de la dirigencia kirchnerista que se dilucida, al parecer, con la “única interpretación” del psico-periodista.
El licenciado en psicología Ernesto Tenembaum olvida, o pretende ocultar, calificándolos como una terca interpretación única de la realidad, los argumentos basales de la conformación del individuo: sus principios éticos y sus convicciones ideológicas sobre las cuales se sustentan sus ideales de vida. La negociación política –interpretada como amplitud de criterio–, si no está aferrada a principios irrenunciables –ajenos al dogmatismo– deviene en abandono de la base de sustentación de los ideales, el “peronismo” federal, por caso. Clarín, cómplice de la Dictadura y los grupos económicos concentrados como la pata civil de la Dictadura “cívico militar”, no dejan lugar a desvíos o ambigüedades y revisten toda la realidad de la verdad. Solo el latiguillo de “Macri, vos sos la Dictadura” queda librado al folclore futbolero. Dado el amparo de las urnas, el presidente no responde a la definición del término.
Dice Tenembaum: “En la sesión del jueves pasado, Máximo Kirchner (…) se quejó porque nadie repudiaba las agresiones que recibieron su familia y su sector político. En ese contexto, el diputado recordó cuando el año pasado fue violentada la residencia de Alicia Kirchner, su tía y gobernadora de Santa Cruz”.
Y qué dijo el licenciado Tenembaum del alegato de Máximo Kirchner:
“Cuando Máximo Kirchner cuenta la historia de aquella noche en Río Gallegos, omite que quienes manifestaron frente a la casa de su tía fueron trabajadores del Estado que no cobraban salarios y jubilaciones”.
Claramente el periodista desvía el eje de las palabras de Máximo –calificación de los escraches según de quien provengan–, agregando una presunta justificación del ataque al domicilio de la gobernadora.
Sostiene el periodista: “Leopoldo Moreau intentó solidarizarse con el cronista de TN, Julio Bazán. Como se sabe, atribuyó la brutal golpiza recibida por él, al hecho de que Bazán trabaja en el grupo Clarín. “Ese grupo, con el periodismo de guerra que ejerció, fue el que provocó este clima del cual ahora es víctima Bazán. Bazán es rehén del grupo Clarín”.
Qué dijo realmente Moreau, sin descontextualizarlo, en medio de un repudio generalizado por el escrache que había sufrido el legislador Martín Lousteau: “Por supuesto que soy solidario con Bazán, pero Bazán también es víctima de la violencia institucional que significa que su medio de comunicación fue uno de los que más alimentó durante años, con sus zócalos, esas manifestaciones en las calles que fueron generando un clima político de confrontación. No solo fue víctima de un grupo de inadaptados, ha sido víctima del grupo donde trabaja”.
Esta información, tratada de este modo, fue “googleada” con la requisitoria “Qué dijo Moreau de la agresión a Bazán” aparece 48ª en 5ª pág. de Google en https://www.elintransigente.com luego, muy luego, de la proporcionada por el pensamiento único de la prensa hegemónica: Clarín, La Nación, Cronista, Perfil, La Prensa, TN, Radio Mitre, Infobae, La Gaceta Mercantil… y, por supuesto, ADEPA, la ínclita Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas, corporativa entidad periodística empresaria). ¿Quién pretende imponer una interpretación única de la realidad entonces?
Prosigue Tenembaum: “Pasado el mediodía del lunes, y hasta aproximadamente las cuatro y media de la tarde, mientras la Cámara de Diputados intentaba arrancar una sesión clave, cientos de personas agredían a la policía con una lluvia impresionantes de piedras, cascotes y bulones. La Policía aguantaba sin responder. En ese contexto, decenas de diputados kirchneristas repudiaban la represión del gobierno de Macri, que no estaba sucediendo”.
Me auto-cito: “Ya dos años de macrismo explícito y con el escozor de los recientes robos legales al pueblo y la represión desmedida del jueves 14 y la mesura inicial de la Policía porteña y retiro de la Gendarmería en el comienzo de la jornada del lunes, (ordenados por una jueza porteña) tanto como para que los infiltrados y violentos de siempre hagan lo suyo y la intervención, totalmente desmadrada, de todas las fuerzas ‘del orden’, tenga su justificación ante la gilada que reclama, ante todo, ‘orden democrático y republicano’ para los que pagan sus impuestos (quedan excluidos los que refugian sus capitales en paraísos fiscales precisamente para no pagar sus obligaciones tributarias)3.
Ernesto Tenembaum ofrece su “descubrimiento” de los matices contra la rigidez y el dogmatismo que le adjudica al kirchnerismo, equiparando la “necesaria” flexibilidad de pensamiento a la entrega de los principios y la aceptación sin más del expolio a los jubilados, de las burdas palabras del presidente: “los jubilados van a cobrar más”, por ejemplo, circunstancia de la que no habla una palabra ni cuando se refiere a la sesión del jueves “mientras la Cámara de Diputados intentaba arrancar una sesión clave, (y) cientos de personas agredían a la policía…”, prefiere relatar, trasladando el eje de la disputa, desde el quorum y la votación del latrocinio previsional al apedreo exterior que luego pagaron los “pichis” detenidos al voleo. La consigna oficial es tapar este robo y Ernesto Tenembaum tiene con qué hacerlo.
La primera medida para no caer en trampas dialécticas que uno suele tomar, es saber con quién está hablando. Esa disposición requiere el esfuerzo de evitar el prejuicio, pero tiene la ventaja de ponerse a cubierto de los métodos de convencimiento y las cortinas de humo desplegadas desde una habilísima escuela de desinformación y embuste con que suele inundarnos la derecha autóctona.
Ernesto Tenembaum tiene una larga historia en su ejercicio profesional de la que un par de referencias casi contemporáneas pueden trazar un panorama certero sobre su conducta ética y a qué intereses responde, más allá de digerir sus textos y aprovechar algunos de sus conocimientos, que no son pocos, en beneficio de las dudas sobre objetivos del adversario.
Entre las últimas ocupaciones periodísticas de Tenembaum, se recuerda entre 2008 y 2015, la dupla que conformaba con Marcelo Zlotogwiazda en Palabras más, palabras menos, en TN. Y ya en 2016, su participación en Periodismo para todos, en Canal 13, con Jorge Lanata.
Por si faltara saber algo sobre sus principios fueron muy difundidas sus declaraciones sobre pornografía infantil donde sostuvo que “¿Cuál sería el problema de tener pornografía infantil? Tener pornografía es una fantasía y es distinto a violar a un chico”. “Es una fantasía espantosa pero el tipo no cometió ningún delito; no le hizo mal a nadie”. “Me parece horroroso pero no estoy de acuerdo en que sea un delito. En todo caso que lo lleven a un psiquiátrico”.4?
¡Un psicólogo ahí!
Todo individuo o conjunto, como el kirchnerismo y sus integrantes, que haya pasado por una situación traumática necesita de asistencia psicológica. Pero sería tan necio negar la existencia de errores e inconductas como aceptar el concurso de Ernesto Tenembaum para cubrir el cargo.
- https://www.infobae.com/politica/2017/12/24/aquello-que-leopoldo-moreau-y-maximo-kirchner-no-logran-ver-de-si-mismos/
- https://elojocondientes.com/2012/12/14/la-legislatura-portena-expreso-preocupacion-por-una-caricatura-publicada-por-clarin/
- http://www.periodicodesdeboedo.com.ar/macrismo-explicito-xxx/
- «Ernesto Tenembaum defendió el consumo de pornografía infantil. Audio y nota.». Pura Ciudad | Noticias de Buenos Aires.
Comments are closed.