El clásico fue para el Ciclón
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Los clásicos son, diría Perogrullo, “clásicos”.
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No se merecen ganar. Se ganan, se pierden…, o se empatan; el resto es bla, bla…
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Y todo porque la caprichosa redonda entra o no entra al entramado de piolines. Cruento. Directo. Ahora… ¿Qué hicimos nosotros para merecer esto? Vuelva al punto 2.
San Lorenzo salió a jugar lo suyo. Intentó meter vértigo por las puntas vía Blanco, Cerutti y Buffa pero cuando llegaba a la línea del área se diluía, comúnmente en centros a la olla de fácil control. Y Huracán se lo planteó de contra con el enorme Wanchope de pescador. Lo cierto es que a los 13 minutos del primer tiempo ya habíamos acumulado un misil de Mariano González rozando el ángulo y otro estrellado en el travesaño que picó sobre la línea. Ciclón: cero remates al arco. Las intenciones quedaban en intenciones. Y recién a los 35 creamos una serie de situaciones peligrosas no concretadas pero que emparejaron la cosa: Blandi, tijera fallida de Caruzzo…
En el segundo tiempo aparecieron otras intenciones. El juego de ataque se mostró más continuo. Aumentamos el protagonismo en el medio y se tomó conciencia de que el centro atrás o los toques cortos son lo efectivo, y el centrito es para cuando se te agotaron los recursos, no un arma de buen fútbol. A los 13 del ST Guede advirtió que hacía falta más cerebro que guerra y le dio salida a Mussis, ya amonestado, por el Pitu Barrientos que de entrada no más le cambió la cara al equipo. A los 15 protagonizó una excelente jugada con Ortigoza que terminó en el gol de Blandi. San Lorenzo mantuvo las líneas adelante poco tiempo para replegarse y explotar las contras hasta que Nervo cometió su infantil mano dentro del área y ¡Créase o no, Orti estrelló el penal en el travesaño! (34 penales, sólo dos errados, éste es uno de ellos).
De ahí hasta el final y con un Globo agrandado gritando ¡A la carga los Quemeros! Enorme Mercier, como durante todo el partido. (¿Qué pensará Guede del reciente relegamiento del infatigable Pichi?). Bueno, así las cosas, nos acorralaron a pelotazo limpio. Bueno, no tan limpio. El oficio de Ábila hizo que Caruzzo lo tuviera que desplazar en forma bastante dudosa dentro del área. Para el árbitro, que estaba cerca, no le pareció falta… (¡Y a lagrimear al templo!). El pitazo final detuvo el aluvión de indicaciones médicas de electrocardiograma. ¡Vamos Ciclón!
¿Y qué dijo Pablo Guede?
* “El clásico no era una cuenta pendiente, pero haberlo ganado y seguir primeros me da felicidad”.
* “Lo más lindo de todo es que el gol vino de una jugada que practicamos en la semana. Es todo de los jugadores”.
* “El partido salió tal cual me lo había imaginado”.
* “Huracán se dedicó a tirar pelotazos”.
* “Ellos tenían cinco futbolistas arriba sin bajar. Si yo no dejo la misma cantidad terminamos jugando mano a mano. Y las únicas que tuvieron fueron la tijera y un cabezazo de Wanchope”.
* “Saqué a Blandi para darle más velocidad al ataque”.
* “Puse a Pablo Díaz para que le diera una mano al Pichi”.
* “Erramos un penal y tres goles”.
* “En los últimos 15 minutos del primer tiempo Huracán no cruzó la mitad de la cancha. Son momentos del partido, el rival también juega”.
* “Hay que adaptarse a lo que propone el rival en cada momento del partido. Creo que lo estamos resolviendo bien”.
* “Es muy difícil ganar cuatro partidos seguidos en el fútbol argentino. Encontramos una solidez defensiva y eso nos permite atacar mejor”.
* “Si nosotros hubiéramos metido el penal el partido no se habría dado el partido que se dio”.
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