Educación y presupuesto educativo
CABA: De la campaña “Primero la Escuela” a la realidad de los números. Casiana Grosso
En tiempos de debate político, con gran repercusión en los medios y en la sociedad, acerca de la importancia de la educación y la conveniencia o no de mantener las escuelas abiertas en plena segunda ola de Covid, el ejecutivo de la CABA plantea una postura que no condice con sus acciones de Gobierno. En las escenas y discursos que vemos y escuchamos a diario, parecen estar completamente desarticulados los dichos de los hechos.
Un informe de la organización “Proyectar Ciudad” revela, en base a los propios presupuestos presentados por el Gobierno porteño disponibles en su página web, que el año 2021 será el año con la menor inversión educativa en la historia de la Ciudad de Buenos Aires. En el marco de una baja consecutiva en los últimos diez años en dicho presupuesto y sumado esto a su constante subejecución (*).
Educación en 2016 contaba con el 22,1% del presupuesto de la CABA y para 2021 es del 17,2%, habiendo perdido 5% en la participación presupuestaria en los últimos 5 años. Pero esta descenso no comienza en 2016. En 2010, siendo Macri jefe de Gobierno Porteño, el presupuesto educativo era del 27% del total de la Ciudad y tras 6 años en el cargo lo llevó al 22 %, perdiendo 5 puntos porcentuales para el año 2016. Luego Larreta continuó con esa tendencia hasta llegar al presupuesto más bajo en la historia, el actual 17,2% de participación de Educación en el total porteño. Es decir que en los últimos 11 años bajo gobierno Pro la cartera educativa perdió poco menos de 10 puntos porcentuales dentro del presupuesto, del 27% al 17,2% actual.
Entre los rubros más afectados dentro de la cartera se encuentran infraestructura, con un recorte del 70% y el Plan Sarmiento con un recorte de 371 millones. Es llamativo que en este momento, cuando la infraestructura cumple un papel tan importante y es tan necesario adecuar aulas y escuelas para cumplir con los protocolos, llevar a cabo las modificaciones edilicias necesarias para posibilitar la ventilación de los espacios y demás arreglos, la partida destinada a infraestructura se vea reducida tan drásticamente. Es también preocupante el recorte en el Plan Sarmiento, cuando estamos en un momento en el que resulta imprescindible resolver las falencias en dispositivos y conectividad para garantizar el acceso a la educación con la modalidad llamada “virtual”.
Por otro lado, dentro del presupuesto educativo, no todos los rubros padecieron disminuciones. Por ejemplo la partida destinada a subsidios a las escuelas de gestión privada tuvo incrementos. Con lo cual, si analizamos solo los montos destinados al sistema público de educación, son aún mayores las pérdidas, ya que dicho presupuesto además de perder peso dentro del presupuesto general, perdió peso dentro de la cartera educativa para beneficio de la educación de gestión privada.
En el siguiente gráfico se puede ver la participación del presupuesto del Ministerio de Educación sobre el total en los últimos años.
En cuanto a los montos, el presupuesto educativo tendrá un alza nominal del 26 % este año con respecto al anterior. Dado que el presupuesto proyecta una inflación anual del 29 %, la pérdida estimada sería del 1 %. Sin embargo es improbable que la inflación anual sea finalmente del 29%, con lo cual la baja será aún mayor en términos reales.
Considerando la inflación real de estos últimos cinco años la caída es mucho mayor .
A todo lo expuesto se debe sumar la constante subejecución en la cartera educativa.
En el distrito más rico del país, la excusa este año es la disminución en la coparticipación por la disputa con el Gobierno Nacional, sin embargo esta baja es sostenida desde hace más de una década y no responde a situaciones puntuales sino a lineamientos de Gobierno y trazado de prioridades del sector político que gobierna.
Este ajuste que vemos en el sector de Educación no parece darse en todas las áreas. Algunos rubros como Seguridad, Publicidad y Propaganda no sufrieron ningún ajuste y sostienen un ascenso constante en los últimos 10 años. Otro rubro que aumenta sostenidamente año a año es el presupuesto para Servicios de Deuda Pública, que cada vez demanda un porcentaje mayor del presupuesto total.
Simultáneamente otras áreas también pierden participación, como Cultura y Salud. En el caso de Salud, del 20,3 % del presupuesto que tenía en 2016, está hoy en un 15%.
Observando el presupuesto de la Ciudad y su evolución en los últimos años se pueden ver realmente las prioridades del Gobierno. Entonces la frase “Primero la Escuela” pasa a ser solo un eslogan, un discurso despegado de la realidad, una herramienta de marketing sin sustento. Una frase marketinera floja de papeles.
Y no importa cuántas veces la repitan en todos los medios, todos los canales, en todos los horarios, cuántos afiches peguen en las calles con la frase trillada, si realmente les importara la Educación se podría ver en las acciones de Gobierno y en el presupuesto educativo.
Casiana Grosso
Docente de la Ciudad de Buenos Aires
* Subejecución presupuestaria: significa que los gastos presupuestados votados por la Legislatura de la Ciudad no se realizan por razones ignoradas. Dado que lo no gastado del presupuesto no se preserva –habría que reasignarlo o tratarlo al año calendario siguiente– simplemente se pierde la oportunidad de la inversión, no es ahorro, es mala administración.
Fuente de datos:
Proyectar Ciudad
https://www.buenosaires.gob.ar/haciendayfinanzas/presupuesto