Día internacional de la mujer
Una fecha que va mucho más allá del patriarcal concepto de “homenaje”. María Virginia Ameztoy
Sin embargo su conmemoración se remonta a la primera década del siglo XX y aludía a las obreras que el 15 de marzo de 1908 ocuparon la Cotton Textile Factory, en Washington Square, Nueva York, reclamando por la reducción de 6 horas –10 en lugar de 16– de la jornada laboral. Frente a la negativa de las mujeres a deponer su actitud, la patronal provocó un incendio en el que murieron calcinadas 129 obreras que se habían declarado en huelga con permanencia en el lugar de trabajo, por lo que el patrón mandó cerrar las puertas dejándolas a merced de las llamas.
Tres años después, el 25 de marzo de 1911, 123 jóvenes trabajadoras y 23 trabajadores, la mayoría inmigrantes, murieron en otro incendio –tan avieso como el anterior– el de la fábrica Triangle Shirtwaist, también en Nueva York.
Marzo, un mes paradigmático para los reclamos laborales reivindicatorios de derechos femeninos. Pero ¿por qué se eligió el 8 de marzo? Porque en esa fecha, en 1875, hubo en Nueva York una manifestación de cientos de trabajadoras de una fábrica textil. El principal reclamo era por la diferencia salarial ya que cobraban menos de la mitad que los hombres. 120 mujeres murieron víctimas de la represión policial.
En la Argentina de principios del siglo pasado las mujeres trabajaban en condiciones tan deplorables como los hombres, aunque con una paga muy inferior, con jornadas de 12 a 14 horas y pésimas disposiciones higiénicas.
La primera huelga femenina la protagonizó la Asociación de Fosforeras, en 1906. Al año siguiente tendría lugar una protesta de las telefonistas reclamando un día franco por semana. La respuesta fue el despido de ocho trabajadoras.
En 1913 se funda la Sociedad de Resistencia Lavanderas Unidas. De este modo los reclamos por mejoras en las condiciones laborales llevados adelante por mujeres, iniciados en los primeros establecimientos manufactureros, continuaron hasta que las asociaciones de trabajadoras fueron subsumidas por las grandes organizaciones sindicales.
Resulta –por lo menos– extraño el olvido, o las escasas menciones que se hacen de sus luchas en la historia del movimiento obrero argentino.
En la actualidad, por la inmensa cantidad de feminicidios de los que son víctimas mujeres de todo el mundo (se calcula una muerte cada cuatro minutos a nivel global) la fecha se ha resignificado y los reclamos abarcan el cumplimiento de otros derechos; en la Argentina entre el 1º de enero y el 29 de febrero de 2020, se registraron 64 casos (datos del Observatorio “Ahora sí que nos ven”) publicados el 3 de marzo. Según el reporte, en el 66% de los casos el victimario es la pareja o ex pareja de la víctima y el 17 por ciento de los feminicidios cometido por personas de las fuerzas de seguridad (policías, militares, servicio penitenciario, activos o retirados). En lo que va del año 2021 hubo un total de 60 feminicidios –uno cada 27 horas– que derivaron en que 55 niños, niñas y adolescentes se quedaron sin madre. Lo alarmante es que la mayoría de las víctimas habían denunciado a su agresor sin obtener respuesta alguna.
Hoy, lunes 8 de marzo de 2021, habrá movilizaciones en todo el país y un paro de mujeres en diversas actividades decretado por entidades que las agrupan. Además de los reclamos por más fuentes de trabajo, menos despidos, igualdad salarial, la protección del Estado a las mujeres víctimas de violencia familiar, la protesta frente al acoso laboral y callejero, entre otras muchas reivindicaciones.
Uno de los logros destacados para este 8 de marzo es la aprobación de la Ley de interrupción voluntaria del embarazo, concretada a partir del impulso de los movimientos de mujeres. Pero lamentablemente este logro convive con la dramática realidad de los feminicidios.
Como vemos la fecha va mucho más allá del patriarcal concepto de “homenajear” a las mujeres regalándoles flores y bombones.