Día del periodista
¡Feliz día, periodistas barriales! por Mario Bellocchio
Alguna vez, cuando Natalio Botana, el mítico fundador de Crítica, necesitó un mercenario que escribiera lo que conviniera al periódico –y no precisamente la verdad– solicitó a los candidatos, a modo de examen, que redactaran una crónica sobre Jesucristo.
Uno de los aspirantes le formuló una pregunta: ¿Cómo quiere el artículo, a favor o en contra?
No fue necesario que lo redactara, el puesto fue suyo.
Mercenarios de la información hubo y habrá siempre. Esos que ante todo se preguntan a sí mismos como “conviene” hablar de tal tema. Quién paga mejor por opinar de determinada manera. O, en todo caso, “quién paga”.
En 2009, un “miembro fundador” del “Groucho Marx fans” quien sostenía: “Éstos son mis principios, y si no le gustan, tengo otros”, decía…
“Vi en el fin de semana un aviso, en el medio de toda esta discusión por la Ley de Radiodifusión, adonde el grupo Clarín dice: “TN puede desaparecer”. Más allá de que esto es mentira, porque no es así…, si ustedes ven la Ley de Radiodifusión se van a dar cuenta de que lo que pasa es que vos no podés tener un cable y un canal de aire a la vez, pero si podés tener hasta 9 señales que no sean nacionales. Y dentro de esas 9 señales Clarín podría mantener TN tranquilamente.
Podría tener que cerrar alguna, si tiene 16, por ejemplo. Alguna, o 4, o 5, pero no necesariamente TN. Quiero decir: es un mensaje muy manipulado para que vos pienses: “queremos que la información desaparezca”. Podría desaparecer Retro y nadie diría nada. Pero después me quedé pensando otra cosa: la utilización de la palabra “desaparecer” en la Argentina es realmente poco feliz. Durante los 10 años que acá desaparecieron miles de personas, Clarín no se caracterizó por decirlo. No sólo no se caracterizó por decirlo, no tuvo ningún empecho (sic) en que desaparecieran varios miles de personas, e hizo varios negocios mientras desaparecían varios miles de personas, entre otros Papel Prensa, que fue una empresa del papel susbsidiada por el Estado que les permitió crecer como crecieron. Entonces, que quienes en algún momento por omisión o por silencio. O como quieran verlo. Consintieron las desapariciones, usen ahora la palabra “desaparición” como argumento para mantener un negocio, me parece realmente poco feliz. Yo no tengo nada contra TN, tengo amigos laburando ahí. Podría no tenerlos, no importa…, esa discusión es menor.
TN no va a desaparecer. Pero no usemos la palabra “desaparecer” en este país donde mucha gente realmente desapareció.”
Diría Ripley: “créase o no” estas palabras fueron pronunciadas por Jorge Lanata en 2009 y Ud. puede verlas y escucharlas en https://youtu.be/ONpkE5WCJrY, en el canal de videos de “Desde Boedo”.
Tres años después, desde su programa de canal 13, Lanata afirmaría que “La ley de medios fue pensada para perjudicar a Clarín”. “De todos los demás grupos, se olvidan”, dijo, y lo sostuvo en una audiencia con representantes de la SIP (Sociedad Interamericana de Prensa, una asociación de propietarios, editores y directores de diarios, periódicos y agencias informativas de América) en diciembre de 2012.
Quedan aun algunos vestigios de aquel periodismo independiente al que no lo mueve otro interés que sus convicciones, su compromiso ético. Ese estilo de prensa tiene su reservorio en la mayoría del periodismo barrial que despliega su pluma en la temática social que elige defender y le consagra su tiempo y esfuerzo a despecho de intereses de variado cuño. La existencia de los “Lanata”, por lo contrario, aclara la senda a transitar.
Cuando los principios se subordinan a los fines, el periodismo deja de ser la honrosa profesión que celebramos los 7 de junio en honor a “La Gazeta” y a Mariano Moreno.