Ciclón: ni goles ni fortuna
Libertadores: Cero-uno de local frente al, potencialmente, equipo más débil del grupo. Un San Lorenzo impotente, a pesar del esfuerzo, con un pie –y medio– fuera de la Copa.
En el Nuevo Gasómetro, el equipo azulgrana quedó rápidamente en desventaja con el gol de cabeza que anotó Lucho González –con pasado en River y Huracán–, y aunque luego dominó el encuentro, le costó llegar con riesgo sobre el arco brasileño. Tuvo una oportunidad inmejorable a los 30 del segundo tiempo con un penal controvertido que sancionó el ecuatoriano Roddy Zambrano, pero Nicolás Blandi desvió el remate sobre el poste izquierdo.
La derrota significó otro duro impacto para el conjunto de Diego Aguirre, que venía de perder por 4-0 la semana pasada frente a Flamengo, en el Maracaná, y con dos caídas quedó complicado en la Copa.
El conjunto local, con un sistema 4-2-3-1, padeció en los 45 minutos iniciales la inteligencia y el excelente trato que le dio a la pelota Atlético Paranaense que, con un 4-5-1, fue mucho más profundo y peligroso en ataque.
A esta altura ya es un hecho que San Lorenzo siente las ausencias de Sebastián Blanco y el uruguayo Martín Cauteruccio para llegar al arco rival. Es que Ezequiel Cerutti y Bautista Merlini, sus reemplazantes, no gravitaron. Y encima, a los 4 minutos, Atlético Paranaense se puso en ventaja con un gol de cabeza de ‘Lucho’ González tras una muy buena jugada colectiva, con un desborde previo de Sidcley.
San Lorenzo tuvo la pelota, pero apenas llegó con un remate desde afuera del área de Nicolás Blandi, y después de la media hora, con un disparo desde la medialuna de Fernando Belluschi que tampoco prosperó. Atlético Paranaense tuvo los contraataques, y Nikao y ‘Lucho’ González, a los 29 y 39 minutos, desperdiciaron sendas chances de gol.
En el segundo tiempo Aguirre mandó a la cancha a Rubén Botta por el defensor uruguayo Mathías Corujo. Y la primera buena señal se produjo al minuto con un remate de Merlini que se fue muy cerca del palo izquierdo.
Pero enseguida Sebastián Torrico evitó el segundo gol visitante frente a un disparo de Matheus Rossetto, y poco después debió esforzarse otra vez ante un bombazo de Felipe Gedoz, de buen partido.
Eso fue la imagen del segundo tiempo: un partido de ida y vuelta, de tránsito rápido en la mitad de la cancha y con llegadas en ambos arcos.
San Lorenzo se adueñó de la pelota, y Néstor Ortigoza tuvo el empate. El cambio principal fue de actitud más que futbolístico. Pero el equipo local chocó con la solidez de Paulo André y Thiago Heleno, los dos centrales, que ganaron todo de arriba, y con la figura del arquero Weverton, que respondió cada vez que lo exigieron.
Encima, Blandi erró un penal, sancionado poco después de que Ortigoza, un especialista en la materia, dejó lesionado el campo de juego. Ni siquiera el tiro del final le salió a un San Lorenzo que se acordó tarde de jugar.
Comments are closed.