Centeya
HOMENAJE A JULIÁN CENTEYA – AMLETO VERGIATI – “El hombre que inventó Buenos Aires”. Aprobado por la Región Emilia-Romagna. ITALIA. Autor y Trait d’Union entre Italia y Argentina: Sabatino Annecchiarico
Partners:
- OTILIA DA VEIGA. Presidente Academia Porteña del Lunfardo
- Junta Comunal 5 Almagro-Boedo.
- MARCELO CARRARA. Presidente Asociación Nueva Generación Terra de Mar del Plata.
- MARIA LINA BERTONCINI. Presidente U.R.E.R.B.A. Unione Regionale Emilia Romagna di Buenos Aires.
- ILDEFONSO PEREYRA. Presidente UOT – Unión Orquestas Típicas. Boedo Bs. As. (Partner económico)
- ANALIA BARRERA. Presidente Unione Discendenti dell’Emilia Romagna di Pergamino
- MATTEO DAFFADÁ. Vice sindaco di Borgo Val di Taro
- MARIA TERESA FERRARI. Comité Vergiati-Centeya
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PROGRAMA EN BUENOS AIRES – ARGENTINA
- BOEDO – BUENOS AIRES
- VIERNES 28 de Febrero – 17hs.:
- HOMENAJE A JULIÁN CENTEYA – AMLETO VERGIATI.
- COLOCACIÓN DE PLACA EN EL ESPACIO CULTURAL JULIÁN CENTEYA.
- Con presencia de Autoridades Comunales de Borgo Val di Taro (Italia), de la Junta Comunal Nº 5 (Boedo – Almagro) y del Director del Espacio Cultural.
- Avenida San Juan 3255, CABA.
- Entrada libre y gratuita
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- SAN CRISTOBAL – BUENOS AIRES
- SÁBADO 29 de Febrero – 19hs.:
- HOMENAJE A JULIÁN CENTEYA – AMLETO VERGIATI.
- CONFERENCIA A CARGO DE OTILIA DA VEIGA.
- En Academia Porteña del Lunfardo.
- Estados Unidos 1379 CABA.
- Entrada libre y gratuita
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- PERGAMINO – BUENOS AIRES
- 1º de marzo 2020 – 19hs.:
- LA POESÍA, EL TANGO Y EL LUNFARDO.
- Conferencia de Lautaro Kaller, licenciado y abogado, investigador del tango y de Julián Centeya.
- Organiza: Asociación Descendientes de Emilia-Romagna de Pergamino.
- En el Salón auditorio de la Biblioteca Municipal Joaquín Menéndez.
- Entrada libre y gratuita
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- MAR DEL PLATA – BUENOS AIRES
- Martes 3 de marzo – 19hs.:
- HOMENAJE A JULIÁN CENTEYA – AMLETO VERGIATI.
- Con la presencia de autoridades comunales de Borgo Val di Taro (Región Emilia Romagna-Italia), Disertación de Sabatino Annecchiarico sobre la vida y obra de Julián Centeya. Presentación del dúo musical Gringotán. Invita Asociación Nuevas Generaciones TERRA de Mar del Plata.
- Espacio Tango del Chalet Ave María (calle Alem 2469).
- Entrada libre y gratuita
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Allá, para el centenario de su nacimiento –2010– escribí unas líneas- homenaje que bien vale reproducir ante un nuevo jalón de su recuerdo. Se trata de “Centeya, el hombre gris de Buenos Aires” como las titulé hace ya una década. Mario Bellocchio
Dicen que fue César Tiempo quien lo bautizó con el color de la madrugada, la garúa, la nocturnidad de los bares tangueros, el humo de su eterno pucho y la tristeza de las heridas del cuore. Él “piró” temprano. Su poesía es eterna.
De la Italia natal a Parque Patricios y Boedo, que fueron amparo de sus broncas —maceradas en maderas y estaños de boliches— deviniendo poemas. Y sus Musas, habitando los ojos entrecerrados por el humo del “faso”.
Boedo y Rondeau, a metros de Chiclana. “Café Gran Sur”; el que nació “La Paz”, siguió “Huracán” y continuó “La Puñalada”. Una senda de nombres que más parece un desarrollo dramático: de la quietud al viento. Y luego de la violencia, la grandeza. “Este café mistongo, medio bodegón, medio boliche…”, solía decir Centeya al recordarlo de cuando lo visitaban payadores como Davantés, “trajeado de negro brilloso, una parla de memoria que quería ser inventiva y una melena lustrosa”. Sobre esas paredes –hoy Centro Cultural Gran Sur–, ya no grises, tres placas recuerdan que hace 46 años que Julián se “tomó el piro”.
No quiero nada / no se escapelen /paz de lamentos / si me voy piola. / En el finirla está la salvada / se va conmigo mi alma cansada / que hace diez siglos no quiere lolas.
Para este año 2020, el del 110º aniversario de su nacimiento, personalidades e instituciones argentinas e italianas organizaron un homenaje titulado A JULIÁN CENTEYA – AMLETO VERGIATI, “El hombre que inventó Buenos Aires”, aprobado por la Región Emilia-Romagna, Italia, donde se sitúa su pueblo natal: Borgo Val di Taro (Parma) y cuyos lugares de encuentro y organizadores se citan al comienzo de este artículo.
El primer llanto de los muchos del pibe Amleto (1) se derramó en los pisos de tierra de la humilde vivienda de Borgo Val di Taro, en Parma, Italia, un 15 de octubre de hace 110 años.
Mi madre aguantiñó la mishiadura/ ni una sola palabra/ siempre chanta/ el dolor le había puesto una dulzura/ en los ojos tan claros de ternura/ me daba pena verla siempre en yanta.
El conventiyo, un toque al colegio Luppi, algún seguro cruce con Manzi en los recreos. Y, ya sin guardapolvo, en una secundaria que no tardó en patearlo por rebelde.
Tiempo después, de la pesca del rebusque brotaría el talento. Fue chiflarle la melodía a José Canet (2) –el que lo llamó Centeya por primera vez–, para que Amleto Vergiati tuviera documento recién impreso:
Me llamo Julián Centeya/ por más datos soy cantor/ nací en la vieja Pompeya/ tuve un amor con Mireya/ me llamo Julián Centeya/ su seguro servidor.
Yo lo trepé a Boedo / viniendo desde el fondo de Chiclana / y era muchacho / el Boedo legendario el de La Balear y El Aeroplano / el de Eufemio Pizarro y “la chancha” muerto de bala en la ancha vereda de la puerta del Biarritz /y mi junada de asombro entreveró a Gorki con Barletta / a Mario Mariani con Gustavo Riccio, a Chejov con Nicolás Olivari / cuando con dos monedas me compré “Versos de una…”, / que le editó Zamora a César Tiempo / Un Boedo con una literatura de fábrica y de tango de gustaciones ácidas.
[..] Enumero una ordenación de esquinas contra el cielo, / desando lonjas de calles con memorias, / me instalo en patios familiares, íntimos, /procuro una sucesión de horas, /me detengo en una desangrada tarde, / de antiguas imágenes me renuevo, / reconstruyo albas, / fijo noches habitadas de árboles en silencio, / de retazos de lunas caminadoras, / de almacenes brumosos como puertos / y un viento sin donde me pone entre las manos / la voz gemidora / de una guitarrra goteándome un tiempo /de ochavas y de hembras. /Entonces me nace el compadre de adentro / y bato esta sed que me crece de carne / pa’ ver si se enteran que yo soy de Boedo.
Amleto Vergiati necesita la ropa que Julián Centeya le da con su vuelo. Y se empilcha de lujo, bien “de bute”. Y “sonríe para ocultar la tristeza. La tristeza de ser sincero en un mundo de hipócritas, valiente en un mundo de cobardes, bueno en un mundo de malvados” (4) .
Habré de inventarme una puteada esdrújula / para arrojarla contra la vidriera del mundo / y contársela después a Cendrás y a Rimbaud / que tan mierdamente vivieron como yo. / Claro que habré de inventarme una puteada esdrújula / porque yo me he desentendido de un Dios / que permitió que César Vallejo se muriera de hambre / la tarde de un día gris que contabilizaba sus piojos. / Habré de inventarme una puteada esdrújula. / Usted dése por invitado. /Se lo merece.
De aquel “Recuerdo de la enfermería de Jaime” de 1941, firmado como Enrique Alvarado, se vuelca a entrañables letras de tangos con importantes músicos como Enrique Delfino, Enrique Francini, Lucio Demare y Hugo del Carril. Incursiona en radio con “En una esquina cualquiera” (Radio Colonia) y “Desde una esquina sin tiempo” para Radio Argentina. Pero su ganapán más notable nace de la prensa escrita con artículos en Crítica, Noticias Gráficas y El Mundo, y las revistas Sábado y Prohibido. Sin duda lo mejor de su inspiración aflora en “La musa del barro”, en 1969, que Cesar Tiempo prologa elogiosamente. Y culmina con “El vaciadero” (1971), su única novela, inspirada en el pueblo de la quema y su lacerante vida revolviendo basura. “Para escribir hay que vivirla; si no, nos acunamos en el camelo literario”, sostiene. Había llegado la época de la reflexión y el disfrute de la inestable siembra. Pero la carrocería estaba muy baqueteada y no respondió…
Julián Centeya se fue “en tranvía hasta Corrientes y Jorge Newbery” en 1974, un 26 de julio. Igual que Evita. Igual que Arlt •
(2) José Canet ( Buenos Aires, 15/12/1915 – 10/3/1984, fue un guitarrista, compositor y poeta dedicado al género del tango. Entre sus obras se destacan los tangos Tarde y La abandoné y no sabía cuya música y letra le pertenecen y Los cosos de al lao que compuso con música de Marcos Larrosa.
(3) Boedo no fue oficialmente barrio hasta el 11 de junio de 1968. Hasta ese momento lo que podría llamarse el “centro convocante” era “la” avenida Boedo.
(4) Palabras de César Tiempo.