Caso Gils Carbó
Por Mario Bellocchio
Reculando en chancletas (Si hasta Carrió se dio cuenta)
La inefable denunciadora serial, devenida defensora, acaba de calificar como “inconstitucional” al proyecto oficial para modificar la ley del Ministerio Público Fiscal (MPF) y “Cambiemos” cambia su táctica de apartamiento de la Procuradora General Alejandra Gils Carbó.
El ministro de Justicia, Germán Garavano, no necesitó de mayor perspicacia para tantear el ambiente con el reclamo generalizado de los popes del Poder Judicial, fiscales, abogados y organizaciones vinculadas a la Justicia. “Si no se generan los consensos, no habrá modificación a la ley” –declaró en tándem con la medida de retiro del temario de la sesión en la que la Cámara baja iba a tratar hoy la reforma.
Ante el fracaso del intento, los socios del Frente Renovador, sin poder disimular su disgusto, prefirieron un rechazo futbolero alto, fuerte y arriba, para no quedar pegados: “Nosotros retiramos el quórum hasta que el oficialismo unifique su voz” –declararon a la prensa mientras manifestaban su agudeza preventiva dando a conocer que ayer habían presentado un listado de 14 modificaciones al proyecto, cuidándose de revelar que, simultáneamente, dejaban de lado las lapidarias críticas del Frente para la Victoria (FpV) y el Frente de Izquierda (FIT) que contaban con las espontáneas adhesiones de distintos estamentos judiciales.
Con el massismo en boxes y Lilita sublevada, Garavano intentó la excusa: “Son cambios de leyes muy importantes. Mi desafío, desde el Gobierno, es impulsar la reforma del sistema de Justicia a largo plazo, no pensando en las personas, sino en las reformas que reclama la sociedad en la Justicia, y como hay muchos intereses, siempre habrá resistencia”. Y sobre la propuesta de Carrió de iniciar juicio político a Gils Carbó –que viniendo de quien viene huele a “aquí traigo mi vaso de agua después de producir el incendio”–, el ministro agregó: “es un mecanismo que no está contemplado en la Constitución Nacional”.
Sabido como es que “los fracasos son huérfanos”, la diputada de la Coalición Cívica salió prestamente a sacudirse culpas: “cuestioné el proyecto desde su ingreso al Parlamento, y lo conversé con el Poder Ejecutivo y con el Legislativo” . “Los integrantes de Cambiemos tenían conocimiento. Pero optaron por acordar con Massa” –le faltó decir ¡Jódanse! a la blonda chaqueña.
Desde el FpV, mientras tanto, sacaban a relucir sus argumentos que finalmente consiguieron el peso de las adhesiones y, vale aclararlo, de la racionalidad misma. La diputada Diana Conti sostenía: “El dictamen violó dos principios constitucionales íntimamente relacionados: la división de poderes y la autonomía del Ministerio Público Fiscal”. “La sujeción del MPF a otros poderes se da fundamentalmente a través de la injerencia de la Comisión Bicameral”. “El Ejecutivo también se inmiscuye en la gestión del MPF a través del Consejo de Seguridad Interior, cuyos lineamientos deberán ser seguidos por las procuradurías”. Para rematar manifestando que “saben que las reformas que desean implementar son flagrantemente inconstitucionales y por ende intentan camuflar esto dividiendo los temas y obstaculizando el análisis global”.
Otros de los que se santiguaron ante el engendro oficial fueron los de Libres del Sur: “Este proyecto mantiene una justicia a la medida del oficialismo”. “El proyecto de modificación del MPF no puede prosperar. No solo porque resulta inconstitucional en tanto afecta la división de poderes y la independencia del Ministerio Público Fiscal, sino porque, además, en caso de aprobarse, generaría una fabulosa confusión y masiva acefalía en las principales Procuradurías y Unidades Fiscales Especializadas”, afirmaron desde el sector que preside Victoria Donda.
Cómo estaría el horno –no para bollos, precisamente– que Emilio Monzó, el macrista que preside la Cámara, había enviado una propuesta de orden del día para la sesión de hoy, que ya no incluía la modificación del MPF y, a pesar de eso y por las dudas, levantó la reunión de Labor Parlamentaria prevista para la tarde de ayer y la pospuso hasta hoy miércoles por la mañana, tratando de evitar que se caiga la sesión y se llevara puestos los acuerdos con el massismo.
En el Frente Renovador, jugados como estaban con el oficialismo, quedaron pedaleando en el aire farfullando “Nosotros retiramos el quórum”, tratando de reflotar el acuerdo con el club de Macri desde su pliego de 14 modificaciones acordes con los planteos opositores y de la Justicia: “eliminar la necesidad de elevar al Ejecutivo la opinión del MPF sobre modificaciones legislativas o de gestión”; “incorporar las fiscalías especializadas de AMIA y violencia de género” –desaparecidas del proyecto oficial– y “eliminar la obligatoriedad de cinco años como fiscal para acceder a alguna de ellas”. Además de quitar la influencia de Seguridad Interior sobre la decisión de los fiscales y establecer el mandato del procurador –hasta ahora vitalicio– a siete años y no cinco como proponía el dictamen de mayoría.
En las huestes oficiales, prestamente se ocultaron las guirnaldas que ya festejaban el despropósito. Gils Carbó dejó de sufrir el acoso amarillo y una oposición –y no tanto– en imprevisto acuerdo terminó utilizando el slogan de Mauri: “juntos, se puede”.
¿Pueden?
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