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Aquel diciembre

HACE 23 AÑOS. La imagen del helicóptero partiendo de la Rosada el 20 de diciembre quedará para siempre grabada en la memoria de los argentinos. Mario Bellocchio

Aquel miércoles 19 de diciembre de 2001 –Desde Boedo acababa de cumplir un mes de vida– iba a pasar a la historia como el estallido de la insostenible situación del gobierno de De la Rúa. La caldera comenzó a levantar presión en las primeras horas de la noche y estalló con la insensata declaración de “Estado de Sitio” por cadena nacional.

Se cumplen 23 años de aquella dura jornada que arrojó un saldo de 39 muertos y más de 500 heridos –en cifras oficiales– víctimas de la barbarie represiva.

Por ese entonces se había puesto de moda hacer ruido con elementos hogareños como las cacerolas golpeadas con elementos contundentes. Y en este caso el caceroleo fue espontáneo y ensordecedor.

“Chupete” –tal el increíble apodo de De la Rúa– no pudo disimular en su alocución su falta de capacidad para controlar el descontrol popular con eje en los saqueos a supermercados y otras actitudes vandálicas.

Es medianoche, comienza el jueves 20, a partir de ese momento rige el “Estado de Sitio” decretado por un presidente que se había refugiado en la Rosada quizá con la esperanza de que amainara el temporal.

Por lo contrario el pueblo vociferante fue copando las calles en actitud de ruidosa protesta con la consigna “que se vayan todos” acompañados por una multitudinaria orquesta de bocinazos del entorno. Desoyendo y ostentado desobediencia a la “emergencia decretada” la gente fue ocupando la Plaza de Mayo.

Hubo una importante concentración en el CID Campeador, en Caballito, en Callao y Santa Fe, en Avda. del Libertador frente a la casa del Ministro Cavallo, frente al Congreso Nacional, frente a la Residencia de Olivos y en cada plaza de los distintos barrios.

Otros lugares de la Ciudad y del interior del país mostraron situaciones similares de protesta sin que, al parecer, nadie haya coordinado simultaneidad alguna.

Los indignados flechazos van dirigidos, en su gran mayoría, a De la Rúa. Menem tampoco escapa de la protesta y, a eso de la una de la madrugada, se escucha como un estallido verbal al enterarse la multitud que acaba de renunciar Domingo Cavallo. El desordenado entusiasmo provoca la represión con gases y una importante porción de manifestantes se dirige hacia el Obelisco por Diagonal Norte.

En todas las manifestaciones sólo se observa fervor sin incidentes, tanto es así que no se registran ni consignas ni banderas partidarias que enfrenten grupos políticos y, por lo contrario, se nota comunión en la protesta, de manera que la Policía apalea sin control ni justificativo alguno. Mientras tanto, es cada vez más numerosa la cantidad de vecinos que se manifiestan en Libertador y Ortiz de Ocampo, frente al domicilio del renunciado ministro Domingo Cavallo.

A eso de la una y media de la madrugada la agencia periodística “El Vigía” informaba: “El Presidente de la Nación dijo anoche en su mensaje que sabía distinguir a los delincuentes de los necesitados. En esta histórica madrugada del 20 de diciembre se manifestaron pacíficamente ancianos y madres con sus hijos en brazos. Fueron brutalmente reprimidos con gases lacrimógenos. El “distingómetro” hace rato que le está fallando al presidente De la Rúa. O bien considera como delincuentes a aquellos vecinos que sólo quieren ser escuchados.

Además de la renuncia de Domingo Cavallo, se especula en esferas oficiales con que presentarían sus renuncias todos los miembros del gabinete. Nos espera una larga madrugada”.

Media hora más tarde la propia agencia completaba su información: “Fuentes oficiales indicaron que aún no fue aceptada la renuncia del ministro Domingo Cavallo, pero que de serlo, el reemplazante saldría de la dupla integrada por Manuel Solanet y Daniel Artana, ambos cercanos a Ricardo López Murphy. Esto significa que De La Rúa ratificaría el modelo económico. Domingo Cavallo, en tanto, reclamó al gobierno que garantice su seguridad personal y familiar, mientras cientos de manifestantes siguen frente a la puerta de su domicilio en Libertador y Ortiz de Ocampo”.

Alrededor de las tres de la madrugada una multitud calculada en unas diez mil personas protestan frente a la Residencia de Olivos.

Hay una coincidencia generalizada en que el irritativo discurso de la noche del 19 fue escrito por su hijo Antonio. “Antonito” De la Rúa hizo, con sus actitudes, todo lo posible por ganarse el rechazo popular, en un momento en que la situación económica y las carencias generalizadas aconsejaban el bajo perfil él atropelló con arrogancia y exhibió frívolamente como un trofeo su noviazgo con Shakira, circunstancia que lo lapidó políticamente.

Pese a la constante amenaza y a las batidas de la Policía y la Guardia de Infantería con balas de goma, gases lacrimógenos, camiones hidrantes y caballos lanzados sobre la multitud, la vigilia popular en Plaza de Mayo permaneció durante toda la noche y se agudizó poco después del mediodía.

A eso de las cuatro de la tarde se hizo correr la voz de que el Presidente dirigiría un mensaje al país para anunciar la renuncia de todo su gabinete y quizá… la suya.

Una hora más tarde De la Rúa pone su gobierno a disposición del justicialismo. Vale decir que convoca a los mismos dirigentes que también fueron repudiados por las manifestaciones espontáneas de ciudadanos que se iniciaron ayer. En el Justicialismo evalúan que este mensaje presidencial llegó tarde, ya que esta convocatoria debió haberse realizado horas después de las últimas elecciones donde el Gobierno nacional fue ampliamente derrotado. Se conoce la noticia de que Senadores radicales –en tanto– están redactando un plan económico alternativo que incluye la devaluación del peso.

Gobernadores justicialistas parten hacia San Luis para reunirse.

Eduardo Duhalde exige un cambio de modelo para asumir responsabilidades de gobierno.

Las noticias sobre muertos y heridos enardecen a la multitud. Ya se conoce oficialmente que la cifra de muertos en todo el país a raíz de las represiones de cada localidad superan holgadamente las 30 víctimas.

A las 5 y media de la tarde el vocero presidencial Juan Pablo Baylac ingresa a la Sala de Periodistas de Casa Rosada con bombones y chocolates para la prensa y anuncia que si el Justicialismo no acepta la convocatoria del Presidente a integrarse al gobierno, De la Rúa renunciará esta misma noche. Baylac aclara que esa información es oficial.

Minutos antes de las seis de la tarde se conoce que ya suman 4 los muertos por la represión policial en la Ciudad ordenada por el gobierno nacional. La CGT oficial –mientras tanto– convoca a un paro nacional por tiempo indeterminado a partir de las 18 hs.

Cerca de las seis y media de la tarde el titular del bloque justicialista Humberto Roggero anticipo que esta misma tarde habrá una sesión especial pidiendo el juicio político al presidente Fernando de la Rúa.

Y ya a las seis y media el Presidente de la Nación ordena embalar sus pertenencias, lo mismo que el resto de sus funcionarios. De la Rúa solicita que preparen el helipuerto de la Casa Rosada. Ramón Puerta asumiría la presidencia provisoriamente y convocaría a asamblea legislativa esta misma noche. Habría elecciones en 60 días.

A las 18:45 el Presidente de la Nación Argentina termina firmando su renuncia y parte en helicóptero hacia la Quinta de Olivos.

La imagen del helicóptero partiendo de la Rosada el 20 de diciembre quedará para siempre grabada en la memoria de los argentinos como la nota final de un oprobioso recital que el almanaque de la historia se empecina en reproducirnos una y otra vez.

En cuanto al helicóptero:

¡Uno más! ¡Y no jodemos más!

 

 

 

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