Amenaza a las Madres
“Yo quiero que ustedes sepan que las Madres estamos siendo amenazadas desde hace mucho tiempo, pero ahora ha sido algo mucho más concreto.
Buján, el hombre que fue elegido para dirigir la Universidad, ayer nos amenazó diciendo que por las buenas o por las malas esta semana nos van a sacar de la casa de las Madres. Ustedes saben que jurídicamente no se puede, pero ellos tienen mucho poder y no les importa nada y nos tienen mucho hambre a las madres…, y vienen por más. (…) Esta es una amenaza de mucha prepotencia, que nos da mucho dolor”.
Declaraba de Hebe de Bonafini al finalizar la ronda del jueves 24 de agosto preocupada por la actitud de quien, desde fines de mayo, asumió el cargo de interventor en la Universidad de la Madres. Se trata de Javier Buján, un juez porteño que viene de una deslucida conducción del INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo). Buján quien se había desempeñado en el Gobierno porteño como subsecretario de Justicia –oportunamente “colocado” por su padrino político Gabriel Angelici–, se caracteriza por su comportamiento de “macho alfa”, al mejor estilo Bonadío. Hasta la gente del PRO lo describe de tal modo: “Tiene un estilo avasallante, sus empleados le tienen miedo”. Un comentario de la propia tropa que define claramente al “matón investido” que ahora amenaza a las Madres desde el sillón de interventor de su Universidad.
“Poco a poco nos quieren sacar todo, –continuaba Hebe– llamaron a mi abogado y le dijeron que ‘por las buenas o por las malas, como sea, las vamos a desalojar este fin de semana'”.
Además manifestó que no confía en esta Justicia porque “salvo honrosas excepciones” los jueces son “secuaces y sirvientes de Macri” –y agregó– “El Gobierno quiere quedarse con las cosas de las Madres”. “Saben que somos las únicas que dijimos que ellos eran peor que la dictadura, por eso no nos quieren, por eso nos quieren arrasar”.
“La casa de las Madres está declarada museo y ellos la quieren quemar, como desarmaron el Museo de la Casa de Gobierno, que tiraron todo a la mierda. Quieren hacer lo mismo con la casa de las Madres, pero antes que se lo lleven ellos, la prendo fuego”.
“No estamos arrepentidas de lo que hacemos ni de lo que decimos. (…) Estén alertas, porque no se sabe hasta dónde pueden llegar. Yo no sé si este fin de semana voy a irme a mi casa, me parece que no, me voy a quedar acá, quiero defender esto a capa y espada, y no puede ser que lo dejemos gratis”, concluyó.
Por ahora, la semana termina y la amenaza de Buján no se ha llevado a cabo. Y aunque los plazos no se concreten no parece que las cosas vayan a terminar en un amague…
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