Aberrante estado de viviendas “nuevas”
Relevamiento del estado de las viviendas nuevas del sector YPF del Barrio Carlos Mugica
Informe elaborado por: Arq. Marta Stolkiner, Arq. Liana Battino, Lic. Ciencias Políticas Zoe Durruty, Abog. Jonatan Baldiviezo, Ing. María Eva Koutsovitis y Trad. Myriam Godoy Arroyo.
RESUMEN DEL INFORME
El siguiente informe estudia el conjunto de viviendas nuevas conocido como “Viviendas Nuevas – Barrio YPF” del Barrio Carlos Mugica (Ex Villa 31-31 bis).
Luego de realizar un relevamiento a 45 hogares en 19 de los 26 edificios del conjunto habitacional, el informe tiene como objetivo precisar y hacer públicos los graves inconvenientes que están sufriendo sus habitantes.
Entre 2019 y 2021, aproximadamente mil familias fueron relocalizadas del sector “Bajo Autopista” a las viviendas nuevas construidas según lo dispuesto por las leyes Nº 3343 y N° 6129, y el Proyecto de Integración Urbana y Social de la Villa 31 y 31 bis elaborado en 2015, que dispone la reurbanización del Barrio Carlos Mugica.
Desde su inauguración, el conjunto viene presentando problemas constructivos y funcionales que generan gran descontento y preocupación entre sus habitantes. Entre ellos, el incendio de una de las viviendas el lunes 31 de mayo y el consiguiente daño a sus ocupantes y vecinos. Se produjo en la calle Puma 897, edificio 19, núcleo 70, 2º B, al que se suma un nuevo incendio recientemente ocurrido en Atacama 968, Edificio 12, núcleo 42, el pasado 25 de junio.
El Observatorio del Derecho a la Ciudad, la Cátedra de Ingeniería Comunitaria de la Facultad de Ingeniería de la UBA y la Defensoría de Laburantes realizaron, entre el mes de mayo y junio, una encuesta en la que participaron 45 familias del barrio que habitan en 19 de los 26 edificios, sobre la calidad de las viviendas y los inconvenientes que están sufriendo sus hogares recientemente ocupados de acuerdo a las leyes citadas.
A continuación, el informe revela los resultados del relevamiento con el fin de precisar y hacer públicos los graves inconvenientes que están sufriendo los habitantes, que tienen, además, una importante deuda a pagar por esas viviendas que no les están dando cobijo ni seguridad.
En primer lugar, se plantea la hipótesis de que en el contexto de vulnerabilidad que implica la relocalización de vecinas/os del Barrio 31 a las viviendas nuevas, la regularización dominial, acompañada por edificaciones que no garantizan la habitabilidad de las viviendas podría actuar como rápido incentivo a los habitantes para ceder sus derechos de propiedad. De esta manera, el proceso de reurbanización funcionaría más bien como método expulsivo, liberando el barrio al mercado inmobiliario formal y desatando un proceso de gentrificación*.
En segundo lugar, los resultados del relevamiento revelan deficiencias en componentes e instalaciones. Los principales problemas son:
- Filtraciones de agua en los techos (73,8% de los hogares encuestados).
- Filtraciones en las paredes (69%).
- Superficies rugosas y desparejas en los pisos (88,4%).
- Herrajes en mal estado (73,3%).
- Aislación térmica (57,1%) y acústica (81,4%) percibida como mala.
- Mal funcionamiento de luces y enchufes (76,7%).
- Insuficiente provisión de agua fría como caliente (81,4%).
También se revelaron deficiencias en los servicios de agua y electricidad en los espacios comunes (pasillos y escaleras), provistos por paneles solares.
Ante estas situaciones, el 93,3% de los hogares realizaron reclamos ante la secretaría responsable, de los cuales el 95,6% no recibió solución. Muchos reclamos fueron iniciados desde el momento mismo de la entrega de las viviendas.
La persistencia de los defectos constructivos señalados puede ser causa de daños mayores en los componentes y en la totalidad de los edificios, poniendo en juego su durabilidad. Se expresan preocupaciones acerca de la seguridad y de las consecuencias de vivir en ambientes insalubres, atentando contra los lineamientos propuestos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). También es necesario evaluar las consecuencias psicológicas de un proceso de relocalización no siempre consensuado.
La mudanza a una casa nueva debía presentar mejoras respecto de la habitabilidad, del acceso a los servicios e infraestructuras, y de la seguridad jurídica, compensando el abandono de su sector de origen, con su entramado social, su base de sustento económico y la pérdida de las casas –aunque precarias– construidas con años de esfuerzo.
(*) Gentrificación. Nombre, femenino. Proceso de “rehabilitación” urbanística y social de una zona urbana deprimida o deteriorada, que provoca una sustitución paulatina de los vecinos empobrecidos del barrio por otros de un nivel social y económico más alto.
Los párrafos a continuación presentan el detalle de los resultados del relevamiento y el análisis de los mismos desde la perspectiva arquitectónica.
Los edificios fueron construidos con una estructura de hormigón y cerramientos de paneles de roca de yeso y bloques de hormigón. Los pisos son mayoritariamente alisados de cemento. Sin abrir juicio sobre las ventajas o desventajas de ese sistema constructivo, las familias consideran que las viviendas fueron construidas con material de baja calidad. Está claro que esa valoración negativa se incrementa día a día con los desperfectos y fallas que vienen presentando las construcciones. Ordenamos la encuesta según los componentes constructivos e instalaciones obteniendo los siguientes resultados:
- Filtraciones en techos.
- Desprendimiento de material.
- Instalaciones eléctricas en el techo húmedo.
- Filtraciones en techos con desprendimiento de material.
- Desprendimiento de material.
- Rajaduras en losas de techo.
- Bajadas de agua descalzadas.
- Fijaciones endebles.
- El 69% de las familias denuncia filtraciones de agua por las paredes.
- Un 63,2% muestra problemas con la pintura de las paredes.
- El 53,7% muestra las roturas y fisuras en las paredes de sus casas.
- Paredes con humedad.
- Grietas en la unión de la estructura con la mampostería.
- Fisuras en paredes.
- Paredes de bloques con humedad.
- El 88,4% de los hogares encuestados aduce dificultad para limpiar los pisos que muestran en las imágenes superficies rugosas y desparejas.
- El 42,9% muestra humedad o presencia de agua en los pisos.
- El 61,9% muestra grietas y fisuras.
- Las familias que toman la iniciativa de colocar cerámicas para mejorar las condiciones de los pisos se encuentran con el problema de que no están correctamente nivelados lo que los obliga a hacer una nueva carpeta de asiento.
- Cerámicos rotos por carpeta desnivelada.
- Humedad en pisos y zócalos destruidos.
- Pisos dañados por acumulación de agua.
- Rajadura en cerámicos y acumulación de agua.
- Acumulación de agua.
- El 55% denuncia falta de hermeticidad.
- el 73,3% herrajes en mal estado.
- el 47,7% cierre defectuoso.
- el 48,8% falta de firmeza en las barandas de balcones.
- Acumulación de agua por filtraciones.
- Bisagras oxidadas y descalzadas.
- Carpinterías desamuradas.
- Herrajes dañados o caídos.
- Condensación superficial en carpintería.
AISLACIONES TERMOACÚSTICAS
- El 81,4% de los hogares considera que la aislación acústica es muy deficiente.
- 57,1% percibe la aislación térmica como mala.
- Como sistema de calefacción se proveen placas cerámicas calefactoras que se amuran en las paredes de Durlock.
- Posiblemente por problemas de fijación varias de esas placas se han desprendido dejando los consiguientes agujeros en las paredes.
- Estufa desamurada.
- Estufa desprendida de la pared.
INSTALACIONES TERMOELÉCTRICAS
- El 68,2% afirma que no se pueden enchufar varios artefactos simultáneamente (saltan las térmicas).
- El 76,7% que las luces y enchufes funcionan mal.
Las viviendas tienen sólo provisión de energía eléctrica, no de gas. Eso quiere decir que todos los artefactos de la casa se alimentan con energía eléctrica inclusive las cocinas y los calefones o termotanques que los vecinos se están viendo obligados a incorporar por cuenta propia ante la falta de agua caliente.
- Esto implica un alto consumo energético que, según la observación de los vecinos, no se corresponde con los dimensionamientos de cableados, llaves térmicas y disyuntores con que se realizó la instalación.
- Instalaciones eléctricas en techos húmedos.
- Conexiones eléctricas inseguras en paredes húmedas.
- El 81,4% de los encuestados comunica que tanto la provisión de agua fría como caliente es insuficiente.
- Cabe agregar que algunos edificios como el edificio 17, núcleo 57 y el edificio 16, núcleo 25 hace dos meses al momento de la encuesta carecían de de agua caliente desde hace más de tres meses.
- El 47,7% de los encuestados comunican que hay pérdida de agua o de líquido cloacal en algún lugar del baño, del lavadero o de la cocina de su departamento.
- En el edificio 7, las cloacas están colapsadas. Otros requieren permanente tarea de destapación.
- Canillas sin agua.
- Conexiones eléctricas inseguras en paredes húmedas.
- Pérdidas en desagües de cocinas y baños.
- Desagües tapados.
- Cámaras de inspección desbordadas.
- Agua bajo el inodoro.
- El 56,1% de los hogares: las luces de pasillos y escaleras funcionan mal.
- El 42,9% contesta que no hay matafuegos o no tienen carga.
- El 70% que no hay o no funcionan las luces de emergencia.
- El 48,7% que las barandas de pasillos y escaleras no están firmes.
- El 46,2% que hay filtraciones en pasillos y escaleras.
- El 47,4% que los porteros eléctricos no funcionan.
- Los matafuegos no están o están sin carga.
Ante tantos desperfectos sería imprescindible que los responsables de las obras pusieran máxima atención a los reclamos que permanentemente realizan las familias.
- Solo el 13,3% de las personas encuestadas habían firmado la escritura y pagaban la cuota a la fecha del relevamiento.
- El 4,4% habían firmado, pero no pagaban.
- El 28,9% contesta que no firmó la escritura.
- El 53,3% contesta que se relocalizó con acta de posesión.
Frente a esta situación, el GCABA debe garantizar la solución de los defectos constructivos y vicios ocultos denunciados, garantizando las condiciones para la habitabilidad de las viviendas nuevas y su durabilidad en el tiempo, proveyendo las instalaciones faltantes y reemplazando o reconstruyendo las instalaciones o infraestructuras defectuosas, proveyendo la seguridad y salubridad de las familias y sus hogares.
Sin embargo, la realidad que muestra la encuesta es muy diferente:
- El 93,3% de los vecinos ha realizado reclamos ante los responsables, de los cuales…
- El 95,6% no tuvo solución a los reclamos presentados.
Todos coincidieron en que el tiempo entre la presentación del reclamo y la respuesta fue muy largo o directamente no hubo respuesta.
(N. de la R.): Las preguntas que surgen son: ¿Cuánto falta para que las filtraciones deterioren losas hasta producir su derrumbe? ¿Cuánto falta para la electrocución de algún habitante de los edificios con semejante deterioro de las instalaciones? ¿Cuánto falta para que las condiciones de insalubridad provoquen una plaga localizada? ¿Qué se aguarda para ocuparse del tema? ¿Víctimas fatales?