2 x 1 en economía: sale Prat Gay y entran Dujovne y Caputo
Finalmente Macri le sacó tarjeta roja al puntero que se proyectaba por la derecha –muy a la derecha– luego del alevoso ataque del Indec PRO señalando la debacle económica propia, contra la opuesta del Gobierno anterior conocido como la “pesada herencia”1.
“El presidente Mauricio Macri recibió hoy en la localidad neuquina de Villa La Angostura al saliente ministro de Hacienda y Finanzas Públicas, Alfonso Prat-Gay, después de que se anunciara que dejará el cargo por decisión presidencial” –anunciaba esta tarde el pudoroso diario La Nación en su artículo titulado “Mauricio Macri dialogó con Alfonso Prat-Gay en el sur luego de su salida del Gobierno” –y agregaba: “El presidente lo recibió en Villa La Angostura, donde pasa sus vacaciones junto a su familia” (Lunes 26 de diciembre de 2016 • 18:05).
En otras palabras, el eufemismo2 “dejará el cargo por decisión presidencial” sustituye al menos académico “shot de cul”.3
“Este mediodía –continúa el decano impreso–, el jefe de Gabinete Marcos Peña dio una conferencia de prensa donde anunció la salida de Prat-Gay. “El Presidente le pidió la renuncia, se lo comunicamos y ahora Prat-Gay vuela a Villa la Angostura”, explicó Peña”. El autor de la “grasa de la militancia” y otra decena de arrogantes actitudes no necesitó de un vuelo de línea, le bastó con la “catenaria balística” del puntapié recibido por obra y gracia de su pertinacia en el error.
Quizá, pero sólo tal vez, el tiro de gracia compasivo para un condenado en agonía, lo dispararon desde el INDEC contemporáneo –no el tantas veces vituperado Indec K, el de este Gobierno–, que reveló para el último año de Cristina (2015) un crecimiento de la economía superior al 2 y medio por ciento, opuesto en igual cifra –“menos 2 y medio por ciento”– en el año que finaliza (2016), agotadas ya –largamente– las posibilidades de la excusa de la “pesada herencia”.
Circulan versiones sobre que se trató de un “portazo gradualista” del ex. Otras sobre un pulgar descendente del FMI ante la incontenible diarrea deficitaria y la inflación. Lo cierto es que los objetivos de los amos estuvieron lejos de cumplirse y Alfonso tuvo que armar las valijas del ministeriato –que ya estaban prestas hace un tiempo– y pedirle a sus sirvientes que al grito de ¡Si, bwana! las colocaron en el baúl de su automóvil.
“Estuvimos reunidos con Alfonso –contaba el “inefable” Marcos Peña– y consideramos que, debido a las diferencias que había, a veces –¿a veces?–, sobre el diseño del funcionamiento del equipo, creímos que lo mejor para el equipo, en esta etapa, era hacer un cambio” –expresó, agregando para competir exitosamente con Perogrullo: “Es un tema de diferencias políticas”. Llama la atención, igualmente, que en las declaraciones públicas, con total desenfado, el ministro se refiera a una decisión de Gobierno como “lo mejor para el equipo”. Vale decir: “solucionamos nuestra interna” no “solucionamos un problema grave del país”.
En una decisión ya adoptada previamente, el presidente preparó el decreto para formalizar el desdoblamiento del Ministerio de Hacienda y Finanzas en dos nuevas carteras: Hacienda, que quedará a cargo de Nicolás Dujovne y Finanzas entregado a la conducción de Luis Caputo. Los nuevos ministros asumirán la semana que viene.
El designado ministro de Hacienda Nicolás Dujovne exhibe como carta de presentación, tanto su figuración en la lista de compradores de dólares a futuro como su columna en el decano diario de los Mitre, desde donde le reprochaba a Prat-Gay: “Pasó el tercer trimestre, pasó octubre, estamos en noviembre y la economía todavía no arrancó”. Partidario de la cirugía profunda, venía criticando la lentitud de reacción de la economía, en especial la caída del consumo y de la actividad comercial e industrial, acertada afirmación, si las hay, como diagnóstico. El problema con las enfermedades son las recetas de retorno a la “salud” a las que se acude. El designado ministro sostiene que “en los 90, la Argentina fue el país que más creció en Latinoamérica”. E igualmente que “nuestro país trataba de bajar su riesgo soberano mediante el ajuste fiscal y la continuidad de reformas estructurales.”
Nicolás Dujovne tiene 49 años y se recibió de economista en la Universidad de Buenos Aires. Después hizo un posgrado en la Torcuato Di Tella. Trabajó durante una década como economista jefe del Banco Galicia, tiene una consultora y fue director de Papel Prensa en representación del Ministerio de Economía. Pertenece a la Fundación Pensar, algo así como el cerebro PRO.
Tiene experiencia en la gestión pública: a los 32 años fue delegado ante el Banco Central del Ministerio de Economía que dirigía José Luis Machinea en el gobierno de Fernando De la Rua –otro de la “pesada herencia Sushi”– y es firmante de la solicitada pidiendo la remoción del juez federal Daniel Rafecas por no abrir una causa contra la ex presidenta Cristina Kirchner en base a la denuncia del fiscal Alberto Nisman.
Fabulista por naturaleza gusta explicar que “los buitres son como los tiburones, cuando se comen a una persona no son ni buenos ni malos: tienen hambre”. Vertida la “brillante parábola”, parte afanosamente a buscar otras “personas” para saciar ese apetito.
Hace un año Macri eligía a Luis Caputo para que cerrara el pago a los fondos buitre y reiniciara el ciclo de endeudamiento. Ahora lo vuelve a elegir para presidir el Ministerio de Finanzas.
Caputo es primo de Nicky, el amigo y ex socio de Mauricio en la industria de la construcción. Egresado de la Universidad de Buenos Aires y profesor de Economía y Finanzas en el Posgrado de la Universidad Católica Argentina.
Tiene un patrimonio declarado de $ 55,75 millones y, de los ex CEO que están en el Gobierno, es el segundo más rico.
La agencia Bloomberg lo calificó como “un ex Wall Street” por su paso por JP Morgan, antes de que acordara con los fondos buitre. Fue presidente del Deutsche Bank en Argentina hasta 2008, cuando creó Axis, una sociedad de Fondos Comunes de Inversión.
Caputo es otro de la lista de “honestos funcionarios” que compraron dólares a futuro y acarrean la “pesada mochila” de una denuncia judicial por haberse beneficiado con la devaluación del dólar.
Hace unos días, el 19 de diciembre, aún desde la secretaría de Finanzas, firmó un endeudamiento por más de $4.200 millones “en concepto de infraestructura de Transporte”. El endeudamiento externo es algo así como su especialidad. Al respecto ha declarado que la emisión de deuda no lo pone colorado: “La deuda no es una preocupación, hay espacio para financiar una convergencia al equilibrio fiscal”.
Los augures prevén un próximo año cargado de obstáculos y cirugías mayores sin transfusiones populares. Habrá que remontar otra cuesta, la quinielera, que le atribuye al 17, pésimos pronósticos. Sin embargo, allá en 10 meses, se ve una lucecita real en el túnel –no como la de la Michetti–: las elecciones de octubre.
- El INDEC contemporáneo –no el tantas veces vituperado Indec K. El de este Gobierno–, reveló que el último año del Gobierno anterior (2015), la economía tuvo un crecimiento superior al 2 y medio por ciento. Mientras que en el año que finaliza (2016) el decrecimiento tuvo la cifra inversa –“menos 2 y medio por ciento”–, agotadas ya –largamente– las posibilidades de la excusa de la “pesada herencia”.
- Eufemismo: 1. m. Manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante”. (Real Academia Española).
- Shot de cul: eufémico modo de origen incierto, usado para explicar una manera expeditica de echar a alguien mediante una patada en el culo.
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